La línea aérea estatal Boliviana de Aviación (BoA) ha sido blanco de críticas la última semana debido a -por lo menos- dos eventos que retrasaron o postergaron la llegada de los pasajeros a sus destinos.
EL DEBER solicitó a la compañía una explicación técnica sobre lo ocurrido y aclaró que no se trató de incidentes, ya que la definición de éstos son eventos en los que se registran daños mayores en una aeronave o personas involucradas dentro o fuera de ellas. “Sin embargo, esta aclaración, no significa que nuestra empresa le quite importancia a cada uno de estos eventos, tanto a su análisis como a su solución y medidas preventivas pertinentes”, expresó.

En ese sentido, la compañía aseguró que cumple con todos los mantenimientos en sus diferentes escalas, antes y después de cada vuelo, de forma diaria o cada determinada cantidad de horas. “Todos estos servicios de mantenimiento son cumplidos por personal y talleres autorizados por entes encargados de la aviación civil en Bolivia y en los países en los que BoA opera (Brasil, Costa Rica, México y Estados Unidos)”, agregó la aerolínea.
El presupuesto para las operaciones de la empresa en 2023 es de Bs 3.211 millones, de los cuales Bs 635 millones se destinan para mantenimiento, es decir, el 20% del presupuesto total. La firma estatal pretende reducir esos costos en por lo menos $us 10 millones al año, con la puesta en marcha de un hangar especializado en Cochabamba, “una vez que sean certificadas las operaciones, ante la FAA (EEUU)”, anunció BoA.
Márgenes de seguridad
El experto en aeronáutica, Álvaro Munguía, precisó que las operaciones de BoA se mantienen dentro de los márgenes de seguridad establecidos por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) e instancias internacionales. “Todo depende de la matriz de riesgo, pero en el caso concreto de BoA, no existe un número elevado de incidentes ni de incidentes graves que puedan comprometer la seguridad operacional, en función de la cantidad de vuelos que realiza y la antigüedad de las aeronaves. En otras palabras, no tendríamos que echar las alarmas todavía”, manifestó.
De acuerdo a información obtenida, Munguía detalló que BOA realiza entre 800 a 830 vuelos semanales nacionales e internacionales. La FAA establece una matriz de riesgo basándose en el tipo de incidente en relación a las veces que ocurre. “Si un mismo incidente ocurre 10 veces por año, se considera ‘frecuente’, por tanto más riesgosas las operaciones de ese explotador. Si un tipo de incidente solo sucede una vez cada 10 años, se considera de ‘muy poco probable ocurrencia’, pero no imposible”, señaló.
Aerolínea estatal: fueron dos incidentes
El 25 de noviembre, en la ruta Santa Cruz-São Paulo, el Boeing 737-800 tuvo una ‘falla en sistema hidráulico A’ “Tomando en cuenta que la aeronave debería cubrir un total de seis horas de ida y vuelta, se decide retornar a Viru Viru como acción precautoria”. Este hecho fue polémico, por el reclamo de los pasajeros que asistían a un concierto musical y porque una senadora, que iba en el vuelo, desmintió al ministro de Obras Públicas, quien afirmó que a la nave le había caído un rayo.
En el vuelo Santa Cruz-Miami, el 26 de noviembre, la tripulación tuvo que desviar el Boeing 737-800 para reabastecimiento de combustible en Jamaica. De acuerdo a los cálculos realizados, la nave no llegaría con las tres toneladas remanentes de combustible que establece la norma.
El Deber