Tarija: Transporte sindicalizado trabaja a «media máquina» y Juntas Vecinales piden cierre de Ministerios
El transporte sindicalizado de Tarija opera con un 50% de sus micros, camiones de carga y buses de pasajeros por la falta de combustibles en los surtidores, donde desde hace días existen largas filas.
Mientras la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve) demanda al gobierno central el cierre de algunos Ministerios para que el dinero de gastos administrativos y de sueldos se destine a la compra de diesel y gasolina.
El secretario ejecutivo de la Federación Departamental del Autotransporte, Gabriel Pérez, anticipó a EL DEBER que su sector planteará se retomen las medidas de presión en el ampliado nacional a efectuarse este jueves en la ciudad de La Paz.
«Estamos pidiendo desde hace mucho tiempo y nuestros ejecutivos no lo hicieron porque han ido creyendo en las autoridades del Gobierno. Los compañeros del eje central ya no soportan el desabastecimiento de combustibles y no van a dar más tiempo, nosotros tenemos obligaciones con la banca privada y no podemos seguir trabajando a media máquina», declaró Pérez.
El secretario general del Sindicato de Micros «Virgen de Chaguaya», Richard López, dijo que el 95% de los afiliados trabajan con créditos bancarios y por el desabastecimiento se ven impedidos de generar ingresos para cumplir con esta obligación ante la banca privada.
Según López, más del 35 % de los micros de servicio público están parados en la ciudad de Tarija.
El presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve), Celestino Barro, planteó al gobierno central el cierre de algunos Ministerios para disponer de recursos económicos.
En su criterio, el dinero de los gastos administrativos y sueldos se puede destinar a la compra de combustibles como una alternativa para evitar la paralización del servicio público en Tarija y el resto del país.
«Estamos jodidos, nos estamos yendo realmente a una ruina financiera. No entendemos en qué planeta viven el presidente Arce y sus ministros sobre la realidad económica, como población sentimos que el dinero ha perdido su valor adquisitivo ante el encarecimiento de precios de productos comestibles», manifestó Barro.
El Deber