Murillo apunta al asilo en EE. UU. mientras el Gobierno espera su deportación

Arturo Carlos Murillo Prijic, el otrora “hombre fuerte” de la Presidenta transitoria Jeanine Añez, perfila un pedido de asilo como su única opción para evitar su retorno a Bolivia, donde tiene pendientes ocho procesos judiciales.
El exministro de Gobierno no está con los brazos cruzados, esperando ser deportado de los Estados Unidos de Norteamérica, y su intención es agotar todos los recursos que le franquean las leyes estadounidenses para permanecer en ese territorio. En ese marco, la vía del asilo político es la opción más factible para impedir su traslado a nuestro país.
“Él (Murillo) no está dispuesto a ser trofeo político del masismo”, indicó a EL DEBER una fuente, vinculada al caso que pidió reserva de su identidad.
Actualmente, Arturo Murillo se encuentra con el estatus de “In ICE custody”, que significa que la persona se encuentra bajo vigilancia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE – Immigration and Customs Enforcement) de Estados Unidos. Esto implica que Murillo se encuentra en un centro de detención del ICE o bajo la supervisión del ente.
Lo que se conoce es que el exministro se encuentra en el centro Krome North SPC de Miami (Florida), por violación a las leyes estadounidenses, lo que implica su posible deportación.
Los servicios de inmigración de Estados Unidos informan que un detenido puede estar bajo custodia del ICE por un máximo de 90 días, después de una orden final de salida de ese país. Si la deportación no se lleva a cabo bajo el plazo establecido, la persona puede ser liberada bajo supervisión.
El camino más fácil
Según Thomas Becker, activista y abogado de derechos humanos, Murillo abandonó la prisión estadounidense en la que cumplió su condena (por el delito de conspiración para lavado de dinero de sobornos) y al estar bajo detención migratoria, puede solicitar asilo en ese país.
“Ahora está en un centro de detención de migrantes. No está en libertad, pero tampoco en prisión. Es un lugar donde esperan hasta que se defina si serán deportados o no”, explicó Becker en contacto con EL DEBER, desde Virginia.
El abogado, quien es supervisor en la práctica de Derechos Humanos de la Red Universitaria para los Derechos Humanos, advirtió que Murillo intentará quedarse en Estados Unidos mediante una solicitud de asilo, lo que aún no ha sido confirmado oficialmente.
“Me imagino que quiere pedir asilo. Tiene varios procesos en Bolivia, incluyendo casos de corrupción, lavado de dinero y hechos de violencia en 2019 y 2020. Si pide asilo, el proceso puede alargarse por meses o incluso un año. Pero es mucho más difícil que le sea concedido, porque ha cometido delitos en Estados Unidos”, apuntó.
Evalúan opciones
El procurador general del Estado, Ricardo Condori, indicó que las autoridades bolivianas esperan la deportación de Murillo, aunque si el Gobierno de Estados Unidos no procede a su expulsión, ya se avanza en paralelo con el trámite de extradición.
Según Condori, el exministro se encuentra bajo custodia de las autoridades migratorias, a la espera de que un juez verifique su situación jurídica. De no mediar impedimento o recurso, el exministro puede ser objeto de “una deportación exprés”.
Sin embargo, el procurador aceptó que puede suceder que el juez admita las objeciones de Murillo y el exministro podría solicitar asilo o su deportación a un tercer país, lo que dejaría en suspenso su llegada a Bolivia mientras se define esta situación.
De esquema de corrupción a testigo protegido
El exministro de Gobierno Arturo Murillo fue detenido el 24 de mayo de 2021 en Estados Unidos y luego condenado por una Corte Judicial de ese país, por el delito de conspiración para el lavado de dinero y sobornos, obtenido por la compra con sobreprecio de materiales antidisturbios, durante la gestión presidencial interina de Jeanine Añez.
Junto a Murillo, fueron detenidos sus amigos Luis Berkman Littman, su hijo Bryan Samuel Berkman, Sergio Méndez Mendizábal y Philip Lichtenfeld. Todos tuvieron participación en el caso y recibieron diferentes montos de dinero.
Sin embargo, en junio del mismo año corrió el rumor de que el exministro había llegado a un acuerdo con la Fiscalía de ese país y pasó de ser un detenido preventivo a un “testigo protegido” que, tras el pago de una fianza recuperó su libertad momentáneamente.
Finalmente, Murillo fue condenado en enero de 2023 a 70 meses de prisión, tras declararse culpable de todos los cargos.
El Deber