Sin dinero, sin visitas, con todos sus bienes confiscados y 15 procesos en marcha. Así es la situación del exministro Arturo Murillo, según relató su abogado defensor, Jaime Tapia, que es el único que ingresa al penal de San Pedro. Además, dijo que en este momento el único domicilio que tiene el exministro es el penal. “No tiene dónde vivir, la única opción de vivienda que él tiene es el penal de San Pedro, no tiene otro lugar, otro techo para dormir, las condiciones en las que ha quedado Arturo Murillo son muy dramáticas, no tiene chance de recibir ni siquiera familiares porque hay un alto temor de que ellos sean perseguidos también”, dijo el abogado en entrevista radial. Este martes debía realizarse otras dos audiencias contra del otrora hombre fuerte del Gobierno de Jeanine Áñez. Sin embargo, ambas fueron reprogramadas por deficiencias en el internet. Murillo guarda detención preventiva en el penal de San Pedro por los casos denominados ‘gases Brasil’ y el caso ‘catering’. El abogado explicó que se tomó la decisión que ni siquiera se asomen los parientes de Murillo para evitar que estos también sean incluidos en los casos que abrieron las autoridades de distintas entidades en contra de su cliente, por esa razón no tiene visitas familiares. De acuerdo con el protocolo, Murillo está en la sección “La Grulla” donde ingresan los que son enviados los recién ingresados a prisión. Ahí debe permanecer 15 días hasta cuando se produzca su reclusión en una de las secciones que tiene el penal. “A Arturo Murillo le han abierto una batería de procesos penales, en una totalidad según información gubernamental que alcanzaría los 15 procesos penales, de los cuales tenemos conocimiento de que fueron seis notificados, en dos procesos ya se ha determinado detención preventiva”, detalló. Hasta el momento no se conoció la situación del caso del ‘extravío de la libreta de servicio militar’ del expresidente Evo Morales, donde estaban acusados el propio Arturo Murillo, quien habría quemado el documento; el exviceministro Javier Issa y el exdirector de la Felcc Iván Rojas.

El Deber
