El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Óscar Hassenteufel, considera que la polémica sobre el fraude electoral de 2019 quedó archivada porque la investigación del Ministerio Público estableció que “no hubo ningún fraude”. A estas alturas, dijo, “ya no vale la pena escarbar el pasado”.

El 5 de diciembre de 2019, cuarenta y cinco días después de las elecciones generales en Bolivia, la Organización de los Estados Americanos (OEA) dio a conocer su informe final y concluyó que hubo “manipulación y parcialidad” en los comicios del 20 de octubre de ese año.
Sobre este caso, Hassenteufel indicó que el Ministerio Público se encargó de la investigación penal y no así el TSE, que estaba más concentrado en llevar adelante las elecciones generales de 2020 y que se fue postergando debido a la pandemia.
“La investigación del Ministerio Público concluyó de manera negativa en sentido de que no hubo ningún fraude. No sabemos si el alcance de la investigación fue completa o quedó alguna cosa pendiente, pero ese fue el resultado”, puntualizó.
Hassenteufel aclaró que su persona no fue parte del Órgano Electoral que llevó adelante la elección de octubre de 2019 que terminó con denuncias de fraude y anulación de las elecciones, dijo que él asumió como vocal el 19 de diciembre de ese año.
Consultado sobre si los hechos que originó el fraude y que terminaron incluso con varias infraestructuras de los tribunales electorales departamentales destruidas no merecían ser investigados, Hassenteufel respondió que “se debe mirar hacia adelante”.
“Creo que ya no vale la pena escarbar el pasado, debemos mirar hacia adelante, y esperemos que el 19 de octubre todo salga bien, como salió el 17 de agosto: una elección transparente, limpia, confiable”, agregó antes de señalar que “eso es lo que nosotros le ofrecemos a nuestra ciudadanía”.
Correo Del Sur