Bolivia avanza en su aspiración de ingresar al Atlas Internacional de Alimentos de la Unesco con dos manifestaciones culturales de profundo valor patrimonial: el apthapi, expresión colectiva de la gastronomía del occidente del país, y la pesca tradicional del pueblo indígena Weenhayek, una práctica ancestral del Chaco boliviano.

La viceministra de Gastronomía, Sumaya Prado, informó a EL DEBER que ambas manifestaciones se encuentran actualmente en la segunda fase del proyecto, impulsado por la Unesco, que busca identificar y visibilizar prácticas alimentarias con alto contenido cultural y simbólico a nivel mundial.
“Se han seleccionado dos representaciones culturales con un fuerte componente patrimonial. Son prácticas ceremoniales, con ritualidad, identidad y profundo arraigo cultural. Estamos trabajando con el apthapi del occidente y con la pesca tradicional del pueblo Weenhayek del Chaco boliviano”, explicó la autoridad.
Durante la primera fase, el equipo de Unesco Bolivia realizó un proceso de identificación, registro y documentación de manifestaciones culturales vinculadas a la gastronomía, entendida no solo como comida, sino como un sistema que integra saberes, prácticas, rituales y productos nativos.
De ese trabajo inicial surgieron cuatro expresiones preseleccionadas: el apthapi, la pesca Weenhayek, el ají y el maní, además de los licores artesanales del municipio de Vallegrande, según reportó la agencia EFE. Sin embargo, tras la aplicación de distintos protocolos y normativas internacionales, solo dos avanzaron a la siguiente etapa.
“De las cuatro manifestaciones, utilizando procedimientos técnicos y criterios establecidos por la Unesco, se seleccionaron únicamente el apthapi y la pesca del pueblo Weenhayek”, precisó Prado.
La tercera fase del proyecto, que se desarrollará hasta 2026, contempla la presentación final de los resultados de registro y catalogación, así como el proceso de inclusión oficial de ambas manifestaciones en el Atlas Internacional de Alimentos.
La viceministra destacó que estas prácticas son expresiones integrales de la gastronomía boliviana, ya que combinan ritualidad, alimentación y ancestralidad mediante el uso de productos nativos.
“La importancia de este proceso es que Bolivia comience a posicionarse como uno de los países con mayor patrimonio alimentario del planeta. Queremos mostrar al mundo nuestra riqueza cultural y diversidad”, concluyó.
El Deber
