Un tribunal de justicia argentina condenó a prisión perpetua al Gonzalo Nélido Albino López (46), acusado de matar de 33 puñaladas a Estefany Escobar Gonzáles (33) en su departamento del barrio porteño de Villa Crespo en Argentina.
“He matado a mi novia. Mi novia está muerta y yo también. (…) Me voy a tirar del octavo”, dijo Albino tras comunicar su crimen al operador del 911 de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. El día del crimen la hija menor de la boliviana asesinada apenas les pudo señalar la habitación en la que todo había ocurrido, aunque llegó a decirles que su mamá estaba muerta.
La menor relató el horror que tuvo que presenciar como pudo. Les dijo que estaba enojada porque “ella le pedía al señor que parara mientras le clavaba el cuchillo a su mamá”. Además, les remarcó que también “había mucha sangre y que estaba asustada”.
Después, cuando la nena mencionó lo del cuchillo, realizó un gesto con la mano para mostrar que Albino López había sido quien lo empuñó.Cuando entraron al dormitorio, los uniformados se encontraron una imagen de horror.
Estefany estaba tendida sobre la cama, vestía jeans y una remera negra. Su novio al final no cumplió con la amenaza y fue encontrado sobre ella, recostado boca abajo, vestido con un pantalón corto color rosa y una remera blanca. Los dos cubiertos de sangre.
En la investigación se pudo establecer que la joven se defendió con sus manos y antebrazos, pero no pudo evitar que Albino López continuara con su ataque de furia machista y asestándole puñaladas en distintas partes de su cuerpo hasta matarla. En total fueron 33 cuchillazos en la cara, el cuello, el pecho, los brazos, las manos y el estómago. Algunas con hasta cinco centímetros de profundidad.
De acuerdo con los testimonios recabados en la investigación, Albino López se había tornado “celoso” y “obsesivo” con su novia. De hecho, un mes antes del crimen, el feminicida llamó a la ex pareja de Estefany y padre de la nena de 4 años, y le exigió con tono amenazante que no la llamara más “porque se iban a casar”.
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