Las tropas rusas han pasado a la defensiva en gran parte del frente, mientras el Ejército ucraniano mantenía ayer la presión en el sur con vistas a recuperar la ciudad de Jersón, la única capital regional ucraniana capturada por Rusia desde el comienzo de su campaña militar.

El parte militar ofrecido anoche por el Ministerio de Defensa de Rusia constata que las fuerzas rusas ha repelido ataques ucranianos en diversos sectores de un frente de más de 1.000 kilómetros.
En la zona de Kupiansk, en el sureste de la región de Járkov, la tropas rusas rechazaron un ataque de las tropas ucranianas, a las que causaron una 250 bajas mortales, según el portavoz castrense ruso, general Ígor Konashénkov.
Añadió que un poco más al sur, en el sector de Limán, en la autoproclamada república de Lugansk, las fuerzas rusas repelieron con fuego de artillería y aviación de asalto acciones ofensivas del Ejército ucraniano.
Según Konashénkov, en la región sureña de Jersón las tropas de Kiev lanzaron tres ataques, pero todos ellos fueron rechazados.
El único avance del que informó el general ruso fue hacia las localidades de Novomykhailivka y Volodymyrivka, a unos 20 y 40 kilómetros al sureste de la ciudad de Donetsk, controlada por los prorrusos desde 2014.
Por su parte, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania afirmó ayer en su página de Facebook que ayer “fue un buen día” y que los “ocupantes sufrieron grandes pérdidas” en el sector de Donetsk y Limansk.
Según el mando ucraniano, las bajas mortales rusas ascendieron a más de 950 durante la pasada jornada.
El Ejército de Ucrania continúa acumulando fuerzas en el territorio que controla en la zona de la región de Jersón que se encuentra en la margen derecha del río Dniéper, admitió el vicegobernador regional designado por Moscú, Kiril Stremoúsov.
Según el estadounidense Instituto de Estudio de la Guerra, las fuerzas ucranianas podrían recuperar la ciudad de Jersón antes de fin de año.
EFE
