Se habían separado hace tres semanas, la denuncia cursada y la orden de alejamiento estaban asentadas en la Policía. Y a pesar de esto, Daniel G.C.R., de 32 años, ingresó al inmueble donde vivía Jessica L.M.L., de 24 años de edad, y le asestó 20 puñaladas mortales. De nada sirvió la orden de aprehensión en contra del agresor por ausentarse a la audiencia del día lunes, ni tampoco la presencia de los dos hijos que tenían en común.
Jessica eleva a 66 el número de feminicidios en lo que va de año en territorio boliviano.
Tras un operativo policial, los uniformados detuvieron al agresor que todavía merodeaba por inmediaciones del lugar. El caso, por feminicidio, ya se encuentra en manos de la Fiscalía.
Al momento de la detención la expareja trató de explicar su comportamiento y culpabilizar a la víctima. “La maté porque me fue infiel”, argumentaba para tapar un asesinato y su violencia, sin justificación alguna.
La familia de la víctima se hará cargo de los dos menores, de 8 y 6 años, que tenía la pareja y que, según los primeros relatos policiales, presenciaron el hecho violento.
Una hermana de Jessica corrobora que la pareja se había separado hacer tres semanas y la víctima se había mudado a la zona Ovejuyo de la ciudad de La Paz con la intención de alejarse de su agresor. Éste, aprovechó la ausencia de más familiares en la casa para ingresar y perpetrar su plan asesino.
El Deber
