La activista Amparo Carvajal llegó hasta la Casa Grande del Pueblo, que es el nuevo edificio del Gobierno en La Paz, a dejar una carta al presidente Luis Arce para que se devuelvan las oficinas de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) a sus “propietarios legítimos”.

“Hago esta carta abierta y pública solicitando a su autoridad que interponga sus buenos oficios a fin de que el inmueble, conocido como la casa de los derechos humanos, (…) sea devuelto a sus propietarios legítimos”, le dice Carvajal a Arce en su escrito.
Amparo Carvajal y Edgar Salazar se disputan la presidencia de la APDHB y este conflicto se agravó desde el pasado 2 de junio, cuando el grupo de Salazar tomó de manera sorpresiva las oficinas de dicha institución, en La Paz.
La toma de las oficinas de la APDHB persistió hasta la noche del 22 de julio, cuando finalmente el grupo de Salazar abandonó el lugar y Carvajal también decidió levantar la vigilia que mantuvo durante más de 50 días, tratando de recuperar el control de la Asamblea.
“Acepté dar fin a esa medida de protesta en el marco de un acuerdo, mediado por el cónsul de España en Bolivia con su persona; sin embargo, trascurridos 22 días (de ese hecho) no he podido ingresar a la casa de los derechos humanos para reiniciar las actividades en mi calidad de presidenta legítima y legal de la APDHB”, señala Carvajal en la misiva que titula “solicitud de cumplimiento de acuerdo” y que fue leída por la misma activista de 84 años.
El Deber