Luis Fernando Camacho admitió que todo el proceso que lleva, en calidad de preso y con su familia ‘angustiada’ por él, le genera dolor. En una nueva y extensa carta, el Gobernador de Santa Cruz se confesó luego de que saliera ayer de Chonchocoro para ser revisado por médicos.

Se trató de una salida excepcional para que fuera revisado por un equipo profesional, dado su estado de salud. Lo trasladaron de la prisión de máxima seguridad de Viacha hasta el Hospital del Sur, en El Alto.
Hubo toda una movida caracterizada por un operativo fuerte de custodia.
Pero fue hoy cuando el hombre que ha sido clave en la movilización cívica de 2019 dedicó una larga suerte de carta para abrirse y reconocer que no la pasa bien, desde que en diciembre de 2022 fuera apresado.
Comenzó sus líneas calificando como «show político» lo sucedido en las pasadas horas, aunque de inmediato matizó la crítica hilando palabras de gratitud. «Ayer vieron un nuevo show político del Gobierno, con abusos y muchas mentiras en torno a mi hospitalización que, como siempre, iremos desenmascarando, pero hay otro lado que a veces queda invisibilizado y, lleno de orgullo mi corazón deseo tanto compartirlo. Y es lo mucho que le agradezco a Dios por mi familia, por la dicha de tener una mujer como Fátima a mi lado, por mis hijos y por Javierito, mi querido yerno».
Continuó diciendo: «Ellos no me dejan solo, sacrifican sus vidas y su juventud, para hacerme compañía; fines de semana, entre semana, feriados y cada vez que tienen la oportunidad, se alternan y se organizan. Todo por una decisión que no fue de ellos, fue mía. Una decisión en la que me apoyaron siempre, nunca me pidieron que desista, que lo deje, que me rinda o que negocie; todo lo contrario, siempre, desde que empezamos esta travesía de defender nuestra tierra, nuestra bandera, nuestra gente y nuestro voto, me dieron fuerzas para seguir luchando».
Reafirmó su agradecimiento para con quienes están a su lado. «Les agradezco con todo mi ser por todo lo que hacen cada día por mí; por mantener la familia fuerte, unida y amada en mi ausencia; por hacerse fuertes y más unidos en estas injusticias. Por transmitir, a mí y a todos, entereza, firmeza, por darme un amor incondicional e inquebrantable y hacerme sentir bendecido por el hogar que juntos construimos».
El rol que, según él, ha tomado su hijo mayor, Luis Fernando, ha significado un apartado especial en su carta. Su primogénito ha sido quien lo acompañó ayer hasta el nosocomio.
«No puedo dejar pasar por alto lo que ayer vivimos con Luifer Camacho Parada mi amor, mi príncipe; estuviste a mi lado en todo momento, pasaste por una situación por la que ningún hijo debería pasar. Lo hiciste con la cabeza en alto, con valentia, con amor y con fe en Dios. Ayer vi un hombre, no vi un joven; ayer te vi y sentí un orgullo tan grande que ni siquiera puedo describir, solo puedo decirte que fue mucho más fuerte que cualquier nuevo abuso. Lograste transformar una nueva adversidad en un día que siempre recordaré con amor, con satisfacción y con mucho, mucho, mucho orgullo».
No tardó mucho en admitir que siente dolor, sobre todo, por cómo ve a sus familiares. «Familia, los amo con todo mi ser, no es fácil verlos pasar por todo esto y aunque nunca me verán quejarme… duele, no por mí, sino por ustedes, por el inmenso amor que les tengo y que recibo de cada uno de ustedes siempre».
Inicialmente, se había dado a entender que debido a la cantidad de exámenes médicos a los que debía someterse —alrededor de 13— su tiempo fuera de Chonchocoro podría extenderse, pero para el final de la tarde, Camacho ya había retornado a prisión.
Opinión