Pese a que la embajadora de Bolivia en Irán, Romina Pérez, negó haber condenado las marchas feministas que se realizan en ese país, el Ministerio de Relaciones Exteriores la convocó a la ciudad de La Paz “de manera inmediata” para realizar los descargos correspondientes. Hasta ayer no se emitió un informe oficial desde esta cartera de Estado.

Hace tres días, según publicaciones de medios internacionales, Pérez habría señalado que el Gobierno boliviano “condena los recientes disturbios en Irán, perpetrados por los sionistas británicos y estadounidenses, y estamos seguros de que todos los problemas se resolverán con la solidaridad, el conocimiento y la comprensión del querido líder de Irán”.
Esta situación generó reclamos en la población y pedidos de renuncia. Al respecto, la diplomática sostuvo que no realizó “ninguna declaración de condena, hecho que es verificable en el registro audiovisual que se tomó en el medio de la televisión local de la ciudad de Tabriz”. Por tanto, dijo que gestiona para que los medios se rectifiquen.
Pérez es licenciada en Sociología con varios posgrados. Fue delegada prefectural por Cochabamba para las Autonomías y Asamblea Constituyente (2006-2007, gestión de Manfred Reyes Villa). Y, luego de trabajar como consultora en la DISU – UMSS, en 2014 fue candidata a diputada por el MAS, de acuerdo a información publicada por la red de Mujeres parlamentaria de las Américas, organización en la que fue elegida como presidenta en 2018.
En 2019, el expresidente Evo Morales la designó como embajadora de Irán y en 2021 fue ratificada por Arce.
Embajadora allegada a Evo
Durante los conflictos poselectorales de 2019, Romina Pérez, allegada a Morales, brindó declaraciones en medios internacionales denunciando un presunto “golpe de Estado” en Bolivia que puso en riesgo la vida del entonces presidente.
Incluso denunció que “paramilitares” colombianos habrían ingresado al país. Cuando ejerció como diputada, también defendió activamente la gestión de Morales.
Los Tiempos
