Bolivia celebró este miércoles sus 200 años de independencia con orgullo, expresiones culturales dentro y fuera del país, y una serie de actos oficiales cargados de simbolismo. Sin embargo, la efeméride también estuvo marcada por un conflicto institucional entre el Ejecutivo y el Órgano Judicial, una polarización que evidenció el momento crítico que vive el país a 10 días de las elecciones generales del 17 de agosto.
Desde Sucre, la capital histórica, se realizaron los actos centrales encabezados por el presidente Luis Arce, el vicepresidente David Choquehuanca y los titulares del Legislativo. Mientras tanto, el Órgano Judicial, liderado por el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Rómer Saucedo, decidió realizar un acto paralelo en el Palacio de Justicia, denunciando su exclusión y una “histórica” ausencia de independencia por efecto de los intereses del poder político, especialmente el curso de los últimos 20 años.
“Quisieron coartarnos el derecho a celebrar. Limitaron al Órgano Judicial, el único con sede en la capital”, afirmó Saucedo en entrevista con EL DEBER. “Nosotros estamos recuperando la independencia judicial. No es fácil, porque durante muchos años ha habido sometimiento al poder político. Pero el compromiso es firme”, remarcó a alta autoridad.
El magistrado recalcó que la independencia judicial ha sido una deuda histórica con el pueblo boliviano y convocó a los candidatos presidenciales a un foro público el 11 de agosto en Sucre, para debatir propuestas de reforma judicial. “Si no vienen, ahí estará su silla con su nombre y su vaso de agua. Y será el pueblo quien juzgue”, advirtió luego en un acto público celebrado en el palacio judicial de Sucre.
La fractura institucional también fue visible en la ausencia de los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) en el acto paralelo; estos participaron del evento oficial junto al Ejecutivo, mientras Saucedo señalaba la necesidad de una “justicia que se atreva a dar la cara”. El TCP jugó durante los últimos procesos electorales una suerte de “suprapoder”, incluso sobre el Legislativo y el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Por su lado, el fiscal general del Estado, Róger Mariaca, estuvo en ambos actos. “Hemos podido demostrar que la Fiscalía General es de puertas abiertas. Recibimos a víctimas e imputados por igual. La ciudadanía merece una justicia cercana, objetiva y sin privilegios”, dijo. Además, remarcó que “la unidad institucional es esencial para garantizar que triunfe la democracia el 17 de agosto”.
Eso sí, Mariaca lamentó la división que tuvo lugar ayer en Sucre y tras la iza de banderas se fue al Palacio de Justicia. No estuvo en el aforo que escuchó a Luis Arce.
En su discurso en la Casa de la Libertad, el presidente Arce evitó referirse a este conflicto. Reivindicó, eso sí, el modelo económico impulsado desde 2006 por el Movimiento Al Socialismo (MAS) y aseguró que el “proceso de cambio” sigue vigente. En una lectura ideológica de la historia, Arce denunció el saqueo de los recursos naturales como el principal obstáculo para el desarrollo nacional. “El saqueo ha sido constante: desde los españoles hasta los barones del estaño y las petroleras. Bolivia no se desarrolló porque siempre se llevaron nuestros recursos”, expresó. También mencionó: “Hemos avanzado en la industrialización con sustitución de importaciones. Este es el camino correcto”, subrayó.
Hizo un repaso de las guerras que marcaron la historia boliviana, criticó las imposiciones externas y reivindicó luchas sociales como la Guerra del Agua y del Gas. Sin embargo, omitió menciones a la crisis económica actual, los escándalos de corrupción, el desabastecimiento de combustibles, la escasez de dólares y la creciente informalidad laboral en la que vive el país. Cerca del 70%, según el más reciente informe de la Cepal.

Autoridades presentes en los actos por el Bicentenario en Sucre /Foto: Fuad Landívar
También evitó referirse a las pugnas internas del MAS, al conflicto judicial por la inhabilitación de Evo Morales, y a las movilizaciones recientes que dejaron víctimas mortales. Su discurso fue una defensa del modelo sin espacio para la autocrítica, según la valoración de autoridades legislativas y analistas.
Previamente, Choquehuanca generó controversia al afirmar que “en el sistema político persiste el caudillismo y el llunk’erío”, lo que alimenta el autoritarismo de los dueños de los partidos y el fanatismo de sus seguidores. Denunció la manipulación de encuestas y datos en un contexto preelectoral polarizado. “El Estado Plurinacional es patrimonio del pueblo y no se toca”, advirtió. Sus palabras fueron interrumpidas por gritos de “¡Ya se van!” pronunciados en el hemiciclo por representantes opositores.
Choquehuanca también reflexionó que “para unos, la solución será seguir peleando; otros elegirán la fuga ante promesas incumplidas”. Llamó a la unidad, pero reconoció que hay un “miedo al diálogo” político.
Desde la oposición, la senadora Nelly Gallo (Comunidad Ciudadana) calificó el discurso de Arce como “una intervención corta que evitó hacer frente a la responsabilidad de 20 años de despilfarro económico”. En contrapartida, la diputada del MAS, Daysi Choque, defendió el enfoque del presidente: “La industrialización no se realiza en dos días, implica procesos y planificación. No es caja de fósforos”, afirmó.

El alcalde Iván Arias y el gobernador Mario Aguilera, en Sucre/Foto: Fuad Landívar
El sociólogo Franco Gamboa sostuvo que el presidente “confundió el Bicentenario con un acto de campaña” y que el Gobierno está en “franca decadencia”. Según Gamboa, “Arce parecía más preocupado en reforzar la candidatura de Eduardo del Castillo que en rendir homenaje al país”. También criticó la afirmación del presidente sobre que Bolivia es uno de los países más seguros del continente: “Eso no es coherente con los índices de violencia contra las mujeres, donde ocupamos el segundo lugar en la región”.
Mientras tanto, desde el exterior, bolivianos en Argentina, España y Estados Unidos celebraron con danzas, música y reflexiones críticas sobre el futuro del país. Tito Robles, presidente de la Asociación Cultural Ñuflo de Chávez en Madrid, destacó que “la cultura boliviana florece incluso lejos de casa”. La celebración organizada en España incluyó danzas como los Yarituses de San Javier, el ballet Vallegrandino y el Camba Patujú.
En Estados Unidos, el periodista Fito Gandarilla, desde Florida, llamó a los jóvenes bolivianos a asumir un rol activo. El abogado Gustavo Morón, residente en Buenos Aires, recordó que la calle Florida de esa ciudad lleva ese nombre en homenaje a la Batalla de Florida, un gesto histórico que, según dijo, “debería inspirar a los bolivianos a recuperar su memoria con Argentina”.Bicentenario con orgullo patrio, pero también con heridas institucionales expuestas.
ESCENARIO
Ciudad blanca. Sucre estuvo impecable para recibir a los visitantes. Además, la tricolor brilló en sus calles y avenidas.
Foto Oficial. El presidente Arce se tomó una foto con la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, y el resto de las 15 delegaciones.
Bilaterales. El Jefe de Estado sostuvo encuentros bilaterales con representantes de China, Chile, México y Venezuela.
El Deber