Boric, de líder estudiantil al primer presidente millenial

Desde el extremo más austral de Chile, el izquierdista Gabriel Boric, de 35 años, se convirtió este domingo en el presidente más joven de Chile, un país con grandes desigualdades sociales que el líder millenial quiere resolver promoviendo un Estado de bienestar.

El antiguo dirigente estudiantil fue elegido en segunda vuelta frente al ultraderechista José Antonio Kast, un abogado de 55 años, con más de 11 puntos de diferencia. La rotunda victoria de Boric fue reconocida de inmediato por Kast y provocó los mejores deseos del presidente saliente, el conservador Sebastián Piñera.

“Seré el presidente de Chile de todos los chilenos y chilenas, no gobernaré solo entre cuatro paredes”, expresó durante un conversación con el presidente, una tradición que se realiza siempre en las elecciones chilenas.

Boric arrasó en las urnas cosechando el 55,86 % de los votos contra el 44,14 % de su contrincante, con más del 99 % escrutado, y sumó a Chile al grupo de países latinoamericanos que han girado a la izquierda en los últimos años, junto a Argentina, Bolivia, Honduras, México y Perú.

Con más de 4,6 millones de votos de los más de 8,3 millones de electores que acudieron a las urnas, Boric se convirtió en el presidente electo que más sufragios acumuló en la historia del país, en una jornada en la que se registró el mayor porcentaje de participación en Chile desde que en 2012 el voto pasó a ser voluntario, superando el 55%.

Boric, para quien “el país saca lo mejor de sí cuando estamos unidos”, dirigirá una nación que redacta en una Convención Constituyente su nueva Constitución, emanada de las protestas sociales de octubre de 2019. También tendrá que lidiar con la crisis económica derivada de las restricciones sanitarias por la pandemia del coronavirus.

“Me di cuenta de que para Gabriel esto era un apostolado y dejé de luchar. Esto para mí es pisar piedras todo el tiempo; yo quería una vida más cómoda, más clásica (para él)”, cuenta a la AFP su madre, María Soledad Font, desde su natal Punta Arenas, a unos 3.000 km al sur de Santiago. Ella no quería que Boric entrara en política, pero la pared de su antiguo dormitorio ya mostraba a un joven centrado en ella: “Seamos realistas, hagamos lo imposible”o“la razón hace la fuerza”, se lee aún en los muros de la habitación del segundo piso de la casa de sus padres.

“Somos los herederos de los que han luchado por hacer de Chile un país más justo y digno”, alegó en su discurso de cierre de campaña, durante la cual propuso un país centrado en mejorar los derechos básicos de una población que acusa una grave desigualdad después de seguir por 31 años el modelo neoliberal impuesto durante la dictadura de Augusto Pinochet ( 1973- 1990).

Partir desde atrás

Aunque dice que le “queda mucho por aprender”, asegura que quiere nutrirse de la “expe – riencia” de exmandatarios que criticó cuando era dirigente estudiantil y diputado, entre ellos los socialistas Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006-2010; 2014-2018). Ambos le dieron un espaldarazo sin fisuras en las últimas semanas. Boric no teme cambiar de rumbo.

Durante los casi siete meses de campaña modificó su discurso de chico rebelde que lideró las protestas estudiantiles de 2011 exigiendo “educación pública, gratuita y de calidad”, al de un socialdemócrata. “Yo diría que su honestidad y transparencia, su apertura al diálogo, son dos de las mayores virtudes de Gabriel, y eso en un próximo presidente para Chile es crucial”, resaltó su hermano Simón Boric, periodista de 33 años.

Su transformación política va de la mano de un cambio de apariencia. Queda poco del joven barbudo y despeinado que lideró la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y que en 2014, cuando tenía 27 años, asumió un primer mandato de diputado. Hoy viste de chaqueta y camisa. 

Chile emocionadoLucha • “Estoy muy emocionada. Es una lucha que viene desde hace muchos años, de nuestros padres y de nuestros abuelos”, dijo a la AFP Daniela, una barista de 27 años que no dio su apellido.Cambios • “Me siento bien, porque van a haber muchos cambios que van a ayudar a la clase trabajadora”, afirmó por su parte Luis Astorga, que trabaja en la construcción y celebraba en el centro de Santiago el triunfo del candidato izquierdista.Celebraciones •Al pasar frente al palacio presidencial de La Moneda, la multitud que celebraba el triunfo de Boric gritaba: “¡Fuera Piñera! ”, el mandatario de centro derecha.   

AFP_EFE

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