La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia emitió un comunicado para presentar su postura ante las propuestas y pedidos de diversos sectores sindicales ante un incremento salarial. En el documento resaltan cuatro puntos en los que hacen referencia a la crisis, la situación compleja del país y el riesgo que pueda suponer un aumento desmedido.

Es habitual que Gobierno y Central Obrera Boliviana consideren un incremento anual del salario que se oficializa formalmente el primero de mayo. Hasta esa fecha, trabajadores y Ejecutivo negocia el porcentaje del alza. Es normal que las autoridades dejen fuera de esta negociación a los empresarios.
Adelantándose a la situación, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia emitieron un pronunciamiento para rechazar «las declaraciones de representantes de algunos sectores que plantean incrementos salariales exorbitantes e irreales».
En el mismo documento, los empresarios mencionan «la grave crisis económica que afecta a las empresas privadas, especialmente las medianas y pequeñas». Reconocen que la prolongada crisis «ha colocado en una situación de indefensión extrema» a dichas empresas.
De aprobarse un aumento salarial «desproporcionado» se provocaría «un escenario incontrolable de cierres, desinversión y precariedad».
La postura de los empresarios apunta a un incremento proporcional a la productividad de cada sector. Por ello, alertan que, si se «impone las razones políticas» el escenario puede «generar descontrol inflacionario y alto desempleo» e incluso derivar a una situación como «lo ocurrido
en nuestro país en 1985″.
En la parte final del comunicado, la Confederación demanda al Gobierno que se discuta un posible incremento con «seriedad, responsabilidad y equidad necesarias, y que se cumpla por primera vez
el mandato legal que dispone la obligación de escuchar los argumentos y propuestas del sector privado antes de tomar cualquier decisión».
El Deber