De sembrar soya a ser la primera mujer en el «palacio celestial»

El lanzamiento de la nave Shenzhou-13, previsto para el sábado a las 00:23 (16:23 GMT del viernes), busca que tres astronautas residan durante seis meses en la estación que China está construyendo en el espacio. Una mujer es parte de la tripulación.

Ella es Wang Yaping, nacida en 1980, quien ya formó parte de la tripulación de la Shenzhou-10 en 2013, y que se convertirá en la primera mujer que visite la estación espacial Tiangong (“Palacio Celestial” en chino), la cual se espera que entre en funcionamiento a finales del año que viene.

Con todo, la presencia de mujeres en el programa espacial chino sigue siendo escasa, dado que sólo ha habido dos astronautas femeninas entre los 14 taikonautas -como se les conoce en Chinaque han visitado el espacio exterior desde 2003.

La primera fue Liu Yang que lo logró en 2012, un año antes de que Wang Yaping hiciera lo propio en una misión con la que permaneció dos semanas fuera de la Tierra.

Pero Wang, anteriormente capitana de las Fuerzas Aéreas del Ejército Popular de Liberación (EPL), se convirtió en un rostro popular en el país asiático a raíz de las videoconferencias sobre física que impartía desde el espacio a escuelas de todo el país.

Wang mostraba en 40 minutos el comportamiento de un péndulo o el de una gota de agua en estado de ingravidez, entre otros experimentos, ante la atenta mirada de millones de profesores y estudiantes de toda China.

La astronauta adelantó ayer desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en el noroeste de China, que repetirá sus clases durante su nuevo viaje.

Una “deportista innata” Poco se conoce sobre la vida de Wang, hasta el punto que algunos medios han calificado su biografía como “secreto de Estado” por su vinculación con el programa espacial chino.

Sí se sabe que nació en 1980 en un pueblo en la península de Jiaodong, situada en la oriental provincia de Shandong, en el seno de una familia de agricultores.

Sus padres cultivaban cerezas, un producto típico de la zona, y soya, en cuya plantación ayudaba Wang “cuando tenía unos siete u ocho años”, explicó su madre en entrevistas a medios chinos.

Wang Yaping era, según la prensa del país, una apasionada de los deportes desde niña, y compitió en varios torneos deportivos durante su adolescencia. Destacó, sobre todo, en las carreras a pie.

Sus profesores de aquella época la describen como una chica “muy ambiciosa” o como “una deportista innata”, en palabras de su profesor de educación física de entonces.

No obstante, no fue admitida en escuelas deportivas por su baja estatura y su carrera como atleta se vio truncada, contratiempo que, sin embargo, hizo posible su carrera en la aviación.

Oportunidad en la Fuerza Aérea

En 1996, la Oficina Provincial de Reclutamiento de las Fuerzas Aéreas acudió a su localidad en búsqueda de pilotos y convocó unas pruebas a las que, sin embargo, no se presentó.

La insistencia de sus amigos la convencieron para probar suerte, y para su sorpresa superó todos los test, primero a nivel local y luego provincial, hasta ser admitida para recibir formación como piloto.

Pantalla gigante muestra a los Wang y sus compañeros.
Foto: EFE

Wang llegó a manejar cuatro tipos diferentes de aeroplanos, y en 2009 se apuntó para participar en el proceso de selección del segundo grupo de astronautas de China.

El exigente proceso concluyó con la elección de cinco varones y dos mujeres, ella y Liu Yang, sobre las que recaería el honor de ser las primeras mujeres chinas en el espacio.

Su mayor desafío

En esta nueva misión, mucho más larga que su primera vez fuera de la Tierra,Wang deberá lidiar con una estancia en el espacio de seis meses.

La tripulación, formada por Wang y sus compañeros Zhai Zhigang y Ye Guangfu, continuará la construcción de la estación Tiangong y convivirá en un espacio de 100 metros cúbicos.

Tanto Zhai como Wang son veteranos del programa espacial chino: el primero viajó al espacio en 2008 a bordo de la nave Shenzhou- 7, mientras que Wang formó parte de la tripulación del Shenzhou-10 en 2013.

Ye Guangfu, el más joven del grupo, afrontará su primer viaje espacial, que él mismo calificó como “un gran desafío” para el que se encuentra “con plena confianza” gracias a sus “once años de trabajo”.

Los tres astronautas, todos miembros del Partido Comunista de China (PCCh), tiraron de patriotismo y se mostraron seguros de poder completar su misión para así “contribuir a la nación”.

Los astronautas pasarán en el espacio seis meses, el doble que la anterior tripulación, que regresó a la Tierra el pasado septiembre procedente de la estación espacial que el país asiático está preparando para tener operativa el próximo año.

La estación espacial orbitará la Tierra a una altitud de entre 340 y 450 kilómetros, y está diseñada para durar unos 10 años.

Su presencia servirá para “contrastar los distintos efectos que tienen las largas estancias en el espacio sobre hombres y mujeres para preparar mejor a los futuros astronautas”, aseguró recientemente una fuente del programa espacial chino al diario South China Morning Post.

La sensación de aislamiento y los posibles problemas físicos derivados de la larga ingravidez serán un desafío para la astronauta, que se convertirá en una de las mujeres que más tiempo pasen en el espacio (alrededor de 180 días), aunque todavía lejos de la estadounidense Christina Koch, que ostenta el récord con 328 días.

Pero como declararon sus profesores de secundaria, “Wang jamás se conforma con ser segunda si puede aspirar a ser la primera”.

  • Misión espacial
  • Lanzamiento • China usará un cohete Larga Marcha 2-F para lanzar la Shenzhou-13, que saldrá de la Tierra desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Jiuquan, en el noroeste de China.
  • Regreso • Si todo sale según lo planeado por las autoridades, los astronautas aterrizarán seis meses después en el Centro de Aterrizaje de Dongfeng, en la provincia septentrional de Mongolia Interior.
  • Misión • Los astronautas proseguirán la construcción de la estación espacial Tiangong (“Pa – lacio Celestial”), la cual se espera que entre en funcionamiento a finales del año que viene, gracias al trabajo de las futuras Shenzhou- 14 y Shenzhou-15.  

EFE

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