El dólar paralelo en Bolivia volvió a retroceder este domingo y se instaló en 10,40 bolivianos para la venta y 10,45 para la compra, según el registro actualizado a las 16:11 del portal especializado dolarboliviahoy.com. Es el nivel más bajo de 2025 y marca un desplome que parecía impensado cuando la divisa se disparó en pleno pico de incertidumbre económica a mediados de año.

El contraste es brutal. En mayo, en medio del desorden financiero y la tensión preelectoral, el dólar digital llegó a rozar los 20 bolivianos, su máximo histórico en plataformas digitales. Esa escalada detonó un efecto dominó: colas en casas de cambio, sobreprecios repentinos y un clima de desconfianza que alimentó el mercado informal.
Hoy, seis meses después, el precio cayó prácticamente a la mitad, empujado por un conjunto de factores: la transición política, el ingreso de liquidez externa y una menor presión especulativa.
La tendencia descendente empezó a hacerse visible entre junio y julio, cuando la cotización bajó a los 15,82 y luego a 14,03 bolivianos. En octubre —en plena segunda vuelta electoral— el dólar paralelo ya se movía entre 12,73 y 13,10, un anticipo de la corrección que terminaría profundizándose tras la victoria de Rodrigo Paz.
La jornada de este domingo confirma ese ajuste. Con el dólar paralelo ubicado apenas centavos por encima de los Bs 10, el mercado parece haber entrado en una fase de respiro, aunque todavía persisten dudas sobre la sostenibilidad de la caída y el verdadero estado de las reservas del país.
Los operadores de intercambio digital, que hace meses marcaban el pulso de la inflación cambiaria, hoy navegan en un escenario mucho menos volátil, casi irreconocible frente al caos de mayo. Por ahora, la divisa estadounidense sigue bajando. El desafío es que esta calma no sea solo un espejismo de corto plazo.
El Deber
