El mercurio hace estragos en los pueblos indígenas del país; sepa qué provoca en el organismo de quien lo ingiere o inhala

La minería del oro en los cursos de agua bolivianos, especialmente del norte de La Paz, áreas protegidas y territorios indígenas, ha dejado un triste legado, la presencia de mercurio en los organismos de los originarios de varias naciones. 

Esto fue evidenciado en el reciente estudio realizado por la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cepilap), que no hizo más que confirmar informes anteriores de otras instituciones, como el Cedib, y denuncias del relator de Naciones Unidas para las Sustancias Tóxicas, Marco Orellana, que apuntaron a que desde hace tiempo el uso de este metal estaba descontrolado en el país.

Pero ¿qué hace el mercurio en los organismos a los que afecta con indicadores por encima de lo normal? Tras la inhalación o ingestión de distintos compuestos de mercurio, o tras la exposición cutánea a estos, pueden observarse trastornos neurológicos y del comportamiento, con síntomas como temblores, insomnio, pérdida de memoria, efectos neuromusculares, cefalea o disfunciones cognitivas y motoras.

Los síntomas de la intoxicación incluyen: ceguera, parálisis cerebral (problemas de movimiento y de coordinación, así como otras complicaciones), sordera, problemas de crecimiento, deterioro del funcionamiento mental y de la función pulmonar, además de cabeza pequeña (microcefalia).

Para la OMS, el mercurio es uno de los diez productos o grupos de productos químicos que plantean especiales problemas de salud pública. La principal vía de exposición humana es el consumo de pescado y marisco contaminados con metilmercurio, compuesto orgánico presente en esos alimentos.

Convenio de Minamata

Entre las décadas de 1930 y 1940, la fábrica Chisso, en Japón, empezó a producir aldehído acético y cloruro de vinilo (elementos de fabricación del plástico). Como catalizador del proceso se utilizaba mercurio metálico que después era vertido al agua sin tratar, llegando a la bahía de Minamata, en ese país asiático.

A partir de esa experiencia se suscribió el Convenio de Minamata, que fue adoptado en la Conferencia de Plenipotenciarios en 2013 en Kumamoto, Japón, y entró en vigencia en agosto de 2017.

 El objetivo de este tratado global es proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones antropógenas de mercurio y compuestos de mercurio.

Representantes de 92 países firmaron formalmente la Convención de Minamata en esa época, y es el primer tratado legalmente vinculante del mundo, para eliminar gradualmente esta sustancia altamente tóxica. Bolivia es parte de los firmantes, y a pesar de que no está cumpliendo, luego del reciente operativo contra minería ilegal en Riberalta, desde el Gobierno aseguraron que pondrán orden en el tema.

Pero no solo existe un convenio que lleva el nombre de Minamata, sino también un enfermedad. Los pacientes presentaban desequilibrio, dificultad para hablar, para escuchar y para ver, pérdida de sensación en las extremidades, además de temblores sobre los que no tenían control.

Según datos de la Contiocap, ya existe el caso de un menor indígena, del que sospechan padece este síndrome, pero al que hasta la fecha no se le hicieron los respectivos análisis. Asimismo, lamentaron el aumento de abortos y problemas de fertilidad entre las mujeres que habitan las zonas expuestas a la minería del oro, y por ende al mercurio.

El Deber

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