La Reserva Municipal de San Rafael, según el Atlas de Áreas Protegidas del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, tiene en su registro 83 variedades de peces en las cuencas del Amazonas y del Plata. Además, en el área protegida habitan 69 especies de aves y 26 de mamíferos, pero también diferentes especies de reptiles, incluidos lagartos. Sobre la flora, se identificaron árboles valiosos, entre los que se destaca el morado, que es una especie de alto valor para la industria maderera y que tiene baja tasa reproductiva. Este árbol solo se lo encuentra en Bolivia, en la zona de la Chiquitania. También crece el tajibo amarillo, que está en varios puntos de Santa Cruz.

La Reserva Municipal San Rafael se encuentra en medio de concesiones forestales, lo que la sitúa en un estado de conservación Vulnerable, según la diputada María René Álvarez, quien representa en la Asamblea Legislativa a la zona chiquitana.
Mongabay Latam, en alianza con EL DEBER, llegó a la reserva de San Rafael y comprobó que los avasalladores están cortando la madera en aserraderos rústicos y luego la comercializan.
Por norma, al ser un área protegida municipal, los avasallamientos en San Rafael deben ser resueltos por la oficina regional del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) en Santa Cruz en un proceso que puede terminar con una conciliación para que los avasalladores abandonen el predio tomado. De no haber resultados, en una segunda instancia es posible acudir al Tribunal Agroambiental para que, mediante un proceso legal, pueda emitir un fallo de desalojo. Las penas pueden ir hasta los seis años de cárcel.
Siguen en los predios
Por ahora, sin embargo, los avasalladores continúan en la reserva, aseguró el alcalde de San Rafael de Velasco, Jorge Vargas, y no han hecho caso al pedido de retiro de la autoridad edil.
“Nosotros vamos a actuar de acuerdo a lo que dice la norma. No podemos permitir avasallamientos en nuestra área protegida, pero tampoco vamos a permitir que se comercialice la madera de esta reserva”, dijo Vargas.
Muchas cosas están cambiando en el ingreso a la Reserva Municipal de San Rafael. Los caminos están creciendo y se pierden en el horizonte. Su destino son las comunidades que se asentaron en el área protegida. Si no hay medidas urgentes en unos meses, el alcalde Vargas teme que el área hasta ahora deforestada se duplique o hasta triplique.
El Deber