“La estafadora del Tinder”, así la conocen en Perú a la boliviana Consuelo Rivero Hoyos, quien en los últimos días hizo noticia internacional. La protagonista del escándalo está en el país, negó todas las acusaciones y dijo que más bien ella fue víctima de secuestro, amenazas y violencia de su expareja, Julio Chirinos.
Rivero Hoyos es una cruceña de 39 años, el próximo mes cumple 40. Según su versión, tiene dos hijas menores de edad, con quienes llegó de Perú a Bolivia, dice que estudió Derecho en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y se tituló como abogada. Es divorciada, pero su exesposo no es el peruano Chirinos, sino otra persona que no quiso identificar.
El rostro siempre sonriente que se muestra en sus fotos en redes sociales no es el mismo desde que llegó a Bolivia en los últimos días. Tras estallar el escándalo -que día a día crece como una bola de nieve-, por más denuncias de otras personas presuntas víctimas de estafa, dio su versión a los medios.
Rivero cuenta desde el jueves 11 de agosto como la fecha en la que empezó su calvario y asegura que hasta la fecha es “víctima de amenazas, víctima de una extorsión y víctima de secuestro” y también habría sido víctima de violencia física de parte de Chirinos, de quien dice estar atemorizada porque la persigue.
Desde Lima, Perú, los medios de ese país lo presentan como un empresario, administrador de empresas, experto en mercadeo y redes sociales, además de profesor universitario, pero que tuvo “la mala suerte” de enamorarse “en una semana” porque “quedó prendado de esta belleza boliviana”. Sin embargo, el cuento de hadas se convirtió en una historia de odios, amenazas y acusaciones. Además, los medios peruanos aseguran que Chirinos no es la única víctima de estafa de Rivero y que son varias las personas que cayeron en sus encantos y a quienes sonsacó dinero y casas.
“Si algo me llega a pasar a mí y a mis hijas, hago responsable al señor Julio Chirinos”, señaló Rivero en una entrevista a Red Uno en Santa Cruz.
Son varios videos que circulan en las redes sociales, como el Facebook, YouTube y TikTok, en los que la cruceña Rivero es la protagonista. En uno de ellos habla de sus antecedentes penales en Bolivia.
“Tuve problemas en Bolivia hace muchos años”, dice en un video publicado por Chirinos. “¿Qué tipo de problemas tuviste en Bolivia?”, consulta el hombre que hace de entrevistador. “Legales, hace muchos años”, responde Rivero.
“¿Estuviste presa, verdad?, continúa indagando. “Sí (…) estuve con detención preventiva”, responde. “¿Por qué motivos?”, inquiere Chirinos, “por estafa”, concluye la mujer.
No obstante, Rivero aseguró que ese video fue grabado entre el 11 y 12 de agosto cuando fue retenida contra su voluntad, en medio de “amenaza y extorsión” y que también fue presuntamente obligada a firmar un documento en el que admite “haber cometido crímenes en contra de él (Chirinos) y aceptando (pagar) un resarcimiento civil por cien mil dólares”.
En cambio, la mujer dijo a Asuntos Centrales que estuvo secuestrada por su expareja por más días y mencionó otra cantidad de dinero que supuestamente quisieron extorsionarle.
“Él me secuestró por dos días, desde el 12 al 14 de agosto. Primero me quitó el celular, intentó asfixiarme y empezó a extorsionar a mis amistades y familiares con 50.000 dólares para que me deje en libertad. Esto se trata de un despecho, yo no quería estar con él porque era violento”, dijo Rivero en entrevista con el medio digital Asuntos Centrales de Santa Cruz.
El desenlace de esta historia sucede después de que ambos tuvieron una relación sentimental en Lima, donde la mujer se presenta como una exitosa y próspera profesionista en la que Chirinos confía y emprenden proyectos económicos juntos, como la compra a plazos de un terreno y un departamento.
En Bolivia se conoce que Chirinos tiene antecedentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) con al menos siete causas por estafa agravada, desde 2011 y 2012, y estuvo presa en Palmasola.
Sin embargo, cuando se le consulta por las denuncias que tiene en Bolivia y de sus antecedentes penales, Rivero elude hablar de ese tema, asegura con un certificado de antecedentes penales que no tiene cuestiones pendietes con la justicia boliviansa.
Engaño, promesas y “pasanaku”
Estafa • Otra víctima de Consuelo Rivero sería la peruana Lidya Guisado, quien después de estallar el escándalo por engaños denunció a la mujer boliviana por deberle 15 mil dólares, dinero que le pidió para invertir en un supuesto negocio de maquinarias con un interés muy apetecible. Accedió a esto después de ganarse su confianza y contarle hasta de sus líos amorosos. “Hace dos años que le di el dinero y que le vengo cobrando. Le dije que la iba a denunciar por estafa, porque tengo un documento firmado que señala que me debe aproximadamente 15.000 dólares”, dijo Guisado y agregó que Rivero tiene varias formas de engañar, como el conocido “pasanaku”, recolectando dinero de amigos pero “nunca” devolvía.
Página Siete

