El expresidente del Estado y líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, condenó este jueves que el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el cívico de ese departamento, Rómulo Calvo, mantengan en un encierro “inhumano” a los indígenas de tierras bajas que la semana pasada, tras una marcha, arribaron a la capital cruceña.
“Condenamos el encierro inhumano al que someten Camacho y Calvo a nuestros hermanos indígenas para satisfacer sus intereses. Estos testimonios comprueban que es una marcha obligada y sometida a la oligarquía cruceña. Pido a la @DPBoliviaOf (Defensoría del Pueblo) y a organizaciones de DD.HH. liberarlos”, escribió en sus redes sociales.
La declaración del presidente del MAS se da tras la denuncia de miembros del grupo de marchistas que permanecen encerrados en el coliseo de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, quienes denunciaron a medios televisivos ese extremo.
“Después de obligarlos a marchar con engaños, los secuestran para exhibirlos en sus actos políticos. Los llaman ‘nuestros indígenas’, como si fueran su servidumbre. Los racistas del Comité Cívico Pro Santa Cruz usan a nuestros hermanos para sus afanes golpistas”.
Para Morales, los testimonios de los indígenas son una prueba de que la marcha fue promovida por Camacho y Calvo que instrumentalizan a algunos miembros de los pueblos indígenas para defender sus intereses.
Cabe recordar que la movilización “por la defensa de la tierra y el territorio”, que está liderada por Marcial Fabricano, exviceministro del ultraneoliberal expresidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, hoy prófugo de la justicia por la muerte de decenas de bolivianos, tardó semanas en entregar un pliego petitorio al gobierno de presidente Luis Arce.
En ese documento no se condenan los avasallamientos de, por ejemplo, los amigos y socios de Camacho, como es el caso del exministro de Jeanine Añez, Branko Marinkovic, acusado de usurpar miles de hectáreas en beneficio propio en el departamento de Santa Cruz, señala una nota de prensa.
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