Sixto G.R., de 50 años, fue enviado preventivamente al penal San Pedro de Sacaba por un período de tres meses, mientras continúan las investigaciones por el delito de tentativa de feminicidio.

El caso de extrema violencia tuvo lugar el 10 de agosto de este año, cuando Sixto G.R. engañó a su esposa, de 47 años, llevándola a la comunidad de Corapata de Arque bajo la promesa de una conversación con su hermano mayor sobre asuntos familiares. Sin embargo, una vez en el lugar, la encerró en una habitación y comenzó a golpearla, acusándola de infidelidad. Los eventos que siguieron fueron aún más aterradores: intentó asfixiarla mientras la agarraba por las trenzas y luego, aparentemente, preparó un líquido en dos vasos, presumiblemente veneno, con la intención de forzarla a ingerirlo. En ese momento, la mujer escapó a otra habitación, una del primer piso, y amenazó con lanzarse de esa altura. Le recordó que el sufrimiento sería también para los cuatro hijos que tienen en común.
El hecho violento culminó en un momento tenso en el que el agresor prometió dejarla ir. Sin embargo, no sin antes proferir una amenaza: le advirtió que si denunciaba lo ocurrido ante la Policía o sus familiares, la buscaría y la mataría.
La víctima sufrió violencia durante años, evidenciada por las cicatrices de lesiones pasadas en su cuerpo, así como las nuevas heridas infligidas por su esposo durante el hecho en agosto.
La mujer buscó ayuda en las oficinas de la Estación Policial Integral de Jaihuayco, ubicadas en la zona sur de Cochabamba, donde relató lo que había vivido. El 4 de octubre, las autoridades policiales procedieron a la aprehensión de Sixto G.R.
El caso inicialmente fue catalogado como violencia familiar o doméstica con agresiones físicas y psicológica, pero luego la Fiscalía, tras evaluar todas las pruebas disponibles, modificó el tipo penal el 5 de octubre, calificándolo como un intento de feminicidio. Durante el registro en la vivienda donde ocurrió el hecho, se encontraron elementos inquietantes, como un machete, cuchillos, veneno y una soga, que arrojaron luz sobre la peligrosidad de la situación.
El caso ha generado indignación y ha resaltado la importancia de abordar la violencia de género de manera efectiva y urgente en Bolivia, mientras se espera que la justicia continúe su curso y se haga justicia en nombre de la víctima.
Opinión