El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández fue extraditado ayer a Estados Unidos, país que lo acusa de tres cargos asociados al narcotráfico y uso de armas, en un hecho inédito en la historia de Honduras.

Hernández fue entregado a integrantes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) en la Base Aérea Hernán Acosta Mejía, a la que fue llevado desde una instalación policial en un helicóptero de la Fuerza Aérea Hondureña, por el ministro de Seguridad, Ramón Sabillón.
El exgobernante (2014-2022), de 53 años, fue capturado en su residencia en Tegucigalpa el 15 de febrero, un día después de que Estados Unidos solicitó su “detención provisional” con fines de extradición, y desde ese día permaneció recluido en una unidad especial de la Policía Nacional.
El 16 de marzo un juez natural designado por la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ordenó la extradición de Hernández. El 8 de abril, la Sala Constitucional del Supremo ratificó la extradición.
El primer cargo contra Juan Orlando Hernández que le imputa Estados Unidos es “conspiración para importar una sustancia controlada” a ese país.
El segundo cargo es por “usar o portar armas de fuego, o ayudar e instigar al uso, el poder y la posesión” de “ametralladoras y dispositivos destructivos”.
El cargo tres se refiere a una “conspiración para usar o portar armas de fuego en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos”, según la acusación de Estados Unidos.
EFE