La Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia (Csciob) eligió por segunda ocasión a Esteban Alavi Canaviri como su secretario ejecutivo. La elección se produjo durante el XXIV congreso realizado en la ciudad de Sucre este fin de semana y que concluyó este lunes en medio de una ‘guerra’ de silletazos e insultos entre los sectores ‘arcistas’ y ‘evistas’.

La mayoría de los delegados de las organizaciones sociales pertenecientes a los interculturales ratificaron su confianza en Alavi, cercano al sector liderado por el presidente Luis Arce, mientras otro grupo expresó su rechazo a esa elección.
El ala ‘evista’ denunció que el conflicto surgió porque inicialmente se convocó a un ampliado nacional, pero en medio del evento se anunció que se trataba de un congreso para renovar a la dirigencia nacional de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia. El cambio provocó la molestia de los seguidores del expresidente y jefe nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales.
Tras ser ratificado como máximo dirigente de los interculturales, Alavi fue levantado en hombros por sus seguidores que le hicieron dar la vuelta por todo el coliseo donde se desarrolló el evento, que culminó en una “batalla campal”.
Por su lado, el grupo de aliados del jefe nacional del MAS reveló que el presidente Luis Arce estuvo en Sucre en la inauguración del evento el pasado sábado.
Después de la elección, Esteban Alavi expresó su respaldo a la gestión del presidente Luis Arce y anunció que acompañará hasta el término de su mandato.
Los representantes del ala ‘evistas’ tenían previsto celebrar el congreso de los interculturales los días 17, 18 y 19 en la localidad de Entre Ríos, en el trópico de Cochabamba, donde pretendían elegir a la nueva directiva del sector.
Incluso, el dirigente intercultural del trópico de Cochabamba, David Veizaga, desconoció la elección realizada en Sucre.
Aseguró que en la capital del Estado se celebró un falso congreso y acusó al presidente Arce de promover la división porque asistió al evento del fin de semana.
La directiva de los interculturales forma parte de las organizaciones sociales afines al MAS que cuentan con voz y voto en el congreso nacional del partido, convocado para el mes de octubre por Evo Morales. Se estima que en esa reunión se defina la candidatura que será presentada para las elecciones primarias de 2024.
El expresidente Evo Morales denunció en redes sociales que sectores de derecha y desde el Tribunal Supremo Electoral intentan impedir el congreso del MAS anunciado para octubre de este año en la localidad de Lauca Ñ, en el trópico de Cochabamba.
La versión de Morales fue desmentida ayer por dos vocales del Tribunal Supremo Electoral.
Violencia
El congreso de los interculturales concluyó la madrugada de ayer en una ‘guerra’ de silletazos e insultos entre bandos enfrentados. “La familia intercultural debate, discrepa, hasta pelea, pero jamás se divide”, escribió Esteban Alavi en sus redes sociales.
El dirigente de los interculturales de Chuquisaca, Juan Ayllón, en una declaración a medios de Sucre reconoció las diferencias entre los dos sectores del MAS, pero afirmó que después de la pelea se ha llegado a un entendimiento.
Según el dirigente, después de los “silletazos e insultos” se logró la pacificación. Sin embargo, mencionó que de las 700 sillas que fueron alquiladas para el evento, unas 300 resultaron dañadas.
La pugna entre los interculturales provocó reacciones en las redes sociales. El periodista, abogado y docente universitario Andrés Gómez Vela escbirió en su cuenta de Twitter: “¿Te preguntas por qué pelean tanto para ser dirigente de un movimiento social masista? Porque dan avales a personas que buscan trabajo en algún espacio público. ¿Crees que los avales son gratuitos? ¿Acaso creías que peleaban/pelean porque son la reserva moral de Bolivia?
Por su parte, el periodista y escritor Roberto Brockmann escribió en sus redes sociales: “Me encanta la cultura del diálogo”, en alusión al conflicto que se produjo en el ampliado ordinario de los interculturales que se convirtió en un congreso ordinario, situación que provocó los “silletazos” y los insultos entre ‘arcistas’ y ‘evistas’.
El Deber