Edmand Lara, nuevo vicepresidente del Estado, se presentó a la investidura presidencial y dirigió su primera sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) vistiendo el uniforme de gala de la Policía Boliviana.
A pesar de haber sido dado de baja de la institución, Lara eligió asistir con este atuendo como una forma simbólica de reflejar su vínculo con la entidad y de marcar el cierre de una etapa de su vida en la que, desde dentro de la Policía, luchó contra la corrupción y las malas prácticas. Pese a aquello, agradeció a la Policía por permitirle llevar el uniforme.
Durante su discurso, el vicepresidente recordó las controversias y desafíos a los que se enfrentó, especialmente luego de destapar los presuntos casos de corrupción dentro de la Policía. Expuso los procesos judiciales que surgieron en su contra, así como las luchas que sostuvo para mantenerse firme en su “convicción” de erradicar la corrupción en las instituciones del país.
Al final de su intervención, Lara subrayó: “creo que es la última vez que me pongo uniforme”. Con estas palabras, hizo una analogía entre el uniforme de la Policía, con el que cerraba una etapa de su vida, y el “nuevo uniforme” que, a partir de ese momento, simboliza su función como vicepresidente.
Un uniforme –dijo– que no se mide en tela, sino en el compromiso, la responsabilidad y la moral que guiarán su ejercicio en el gobierno. Lo expresó como un símbolo de su transición, de un uniforme institucional a uno, quizás más amplio, de servicio y ética en su nueva posición pública.
Correo Del Sur
