Eugenia (nombre cambiado) vivía y estudiaba en una comunidad rural del Valle Alto de Cochabamba, hasta que fue obligada por sus familiares a casarse, cuando tenía 16 años, con un hombre que le triplicaba su edad, debido a que, según le explicaron sus padres, ya no tenían la posibilidad de “alimentar una boca más”.

Esta adolescente es la cuarta de siete hermanos, quien después de ser obligada a contraer nupcias con un hombre de 51 años, a quien había visto apenas un par de veces en su pueblo, dejó su comunidad y se trasladó junto con su pareja a un barrio de la zona sur de Cercado, donde vive con sus tres hijos.
Eugenia es una víctima más de lo que se conoce en Bolivia como Matrimonios y Uniones Infantiles Tempranas y Forzadas (MUITF). Esta adolescente, tras ser obligada a casarse con un hombre mucho mayor que ella, abandonó el colegio y tuvo que renunciar a todas sus aspiraciones.
En otros muchos casos, según reportes de prensa, las niñas y adolescentes son intercambiadas por animales o parcelas, o sus padres les obligan a casarse “por costumbre”.
En Oruro, por ejemplo, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de esa ciudad logró rescatar a una menor de 17 años, quien era obligada por sus padres a casarse con un hombre de 80 años a cambio de unos terrenos.
Este hecho sucedió en marzo de 2023. Los funcionarios de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Oruro lograron detener el matrimonio en la Oficialía de Registro Civil.
CIFRAS
En los últimos 11 años (entre 2014 y 2025), según Ipas Bolivia, se registraron en el país más de 6.000 uniones y matrimonios forzados que son impuestos por los familiares o personas del entorno cercano de las víctimas.
Según datos del Servicio de Registro Cívico (Serecí), mencionados por Ipas Bolivia, entre 2014 y 2023 se registraron 4.804 matrimonios de adolescentes de 16 a 17 años con “consecuencias alarmantes”.
Por su parte, la Comunidad de Derechos Humanos puntualiza que entre 2010 y 2022 se registraron más de 11.297 matrimonios y uniones infantiles en Bolivia, a pesar de que la ley establece los 18 años como edad mínima. Las excepciones previstas en el Código de las Familias permitieron que menores de hasta 16 años contraigan matrimonio, muchas veces en contextos de violencia, pobreza o presión social.Otro dato que llama la atención, y preocupa sobremanera, es que entre 2020 y 2023 se reportaron 8.855 embarazos en menores de 15 años y más de 139.000 embarazos en adolescentes de 15 a 19 años.
“En la gestión 2024, al menos 240 niñas menores de 10 años dieron a luz”, según datos que maneja esta organización no gubernamental.Otro dato que preocupa, cuando se habla de matrimonios infantiles, es que “las menores de 16 años tienen cuatro veces más riesgo de morir por causas maternas que las mujeres mayores de 20 años”.
Pero, además del daño físico, las niñas y adolescente que son obligadas a casarse sufren depresión, abandonan la escuela, caen en la pobreza y tienen mayor riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual.
En el mundo, según un reportaje del portal DW, cada año como promedio se casan o unen en pareja 15 millones de niñas; mientras que en Latinoamérica la cifra asciende a 6 millones.
Según este mismo portal, en Bolivia, desde la gestión 2014 a la fecha, se han registrado más de 6.000 matrimonios y uniones infantiles tempranas y forzadas que involucran a adolescentes de 16 y 17 años.
Estas cifras, según Save the Children, “esconden historias desgarradoras: violencia sexual, embarazos no planificados, manipulación y explotación laboral y sexual”.
El Comité contra la Tortura va más allá y asegura que las condiciones en las que están casadas estas niñas o adolescentes “son similares a torturas: crueles, inhumanas y degradantes”.
URGENCIA
La semana pasada, la Comisión de Derechos Humanos, presidida por la diputada Betty Yañiquez (MAS-IPSP), presentó a la prensa el proyecto de Ley N° 092/2024-2025, que busca prohibir los matrimonios y uniones forzadas de menores de edad en Bolivia, con el objetivo de proteger física, mental y socialmente a niñas y adolescentes.
“Las niñas menores de edad no están física ni mentalmente preparadas para casarse ni ser madres, y estas uniones afectan gravemente su salud y desarrollo integral. Los bebés nacidos de estos hechos enfrentan serios problemas de salud. Por eso, es una obligación trabajar en este proyecto de ley que protege a las niñas y adolescentes en Bolivia”, afirmó en esa oportunidad Yañiquez.
La legisladora destacó, según la Agencia Boliviana de Información, que el matrimonio infantil en Bolivia debe erradicarse de manera urgente, ya que existen normas que permiten uniones entre niñas, incluso menores de 10 años, con adultos. En muchos casos, los padres gestionan estas uniones mediante “acuerdos” que vulneran los derechos de las menores o, en casos extremos, las obligan a casarse con sus propios agresores.
Advirtió, además, que en muchos casos las niñas terminan casadas con sus propios agresores o con adultos por razones económicas o sociales. “Lo que vulnera sus derechos y destruye su infancia”, aseveró.
Malena Morales, directora de Ipas Bolivia, señaló que el proyecto protege a las menores en tres ámbitos: físico, para prevenir embarazos infantiles que afectan su desarrollo corporal; mental, al reducir riesgos de ansiedad, depresión y otros trastornos psicológicos; y social, al evitar el abandono escolar y favorecer su integración en la sociedad.
“La ley busca eliminar los matrimonios de niñas entre 16 y 17 años, garantizando que todo matrimonio sea a partir de los 18 años y con consentimiento de la adolescente. Los matrimonios tempranos tienen un impacto integral en la salud y desarrollo de las menores”, explicó Morales.
Una vez promulgada, precisó Yañiquez, la ley se constituirá en un marco legal clave para la protección de los menores en Bolivia.
Agencias
