Ocho candidatos llegan a una elección clave que proyecta un ‘final de ciclo’

Restan apenas cinco días para las elecciones más cruciales de los últimos 20 años en Bolivia. Ocho candidatos a la presidencia, todos ellos varones, desenvainan sus espadas más filosas con sus últimos discursos y ataques contra sus rivales en una fase final que definirá no solo el rumbo político del país, sino también el destino personal de cada aspirante al poder.

Especialistas en el análisis político y observadores del lenguaje político anticipan que este proceso marcará el inicio de un nuevo ciclo en la historia nacional, justo después de que Bolivia celebró su Bicentenario. Más que una disputa entre izquierda y derecha, ellos ven una pugna entre la continuidad de un modelo tradicional de corte progresista y el eventual retorno a un sistema asociado al llamado “neoliberalismo”.

De izquierda a derecha, así llegaron los ocho candidatos habilitados para la contienda del domingo a la papeleta electoral y que, de alguna manera, refleja cómo se ha desarrollado el proceso: En ese orden, Andrónico Rodríguez (Alianza Popular), seguido de Pavel Aracena (ADN) y Manfred Reyes Villa (Autonomía para Bolivia – Súmate). La casilla siguiente es una franja negra que en principio fue destinada a Nueva Generación Patriótica (NGP), el partido que se retiró tras la fallida apuesta por Jaime Dunn, un analista financiero que generó adhesiones en varios estratos sociales, políticos y económicos.

Tras esa franja oscura está el espacio de Jorge Tuto Quiroga (Alianza Libertad y Democracia); más a la derecha está Jhonny Fernández (Alianza Fuerza del Pueblo), el único postulante que llega con el espacio en blanco para su candidato a la vicepresidencia. Eduardo del Castillo (Movimiento Al Socialismo – MAS) sigue a continuación, mientras que la casilla siguiente había sido destinada al Movimiento de Renovación Nacional (Morena) de la alcaldesa de El Alto, Eva Copa. Esta fuerza política se retiró de la contienda cuando la papeleta ya fue impresa. Ante este escenario, el vocal del TSE Gustavo Ávila explicó a EL DEBER que los votos que se anoten en esa casilla contarán como “nulos”, una  categoría empleada solo para fines estadísticos, puesto que  el escrutinio oficial se hace con votos que sean válidos.  

En la asignación de espacios de la papeleta continúa la casilla de la Alianza Unidad de Samuel Doria Medina y cierra con Rodrigo Paz Pereira (Partido Demócrata Cristiano – PDC).

Ávila anticipó que el TSE prepara una serie de ajustes a la Ley 026 de Régimen Electoral de manera que, por ejemplo, se establezcan plazos definitivos para la inscripción y habilitación de candidatos de manera que el electorado pueda conocerlos. Según establece la normativa actual, las fuerzas en competencias pueden reemplazar candidatos hasta tres días antes de los comicios. En este caso, ese término finalizará el 13 de agosto. De hecho, Jhonny Fernández se ha dado hasta ese término para inscribir a su vicepresidenciable. Ávila aclaró que en ese y en otros casos el TSE debe habilitar las candidaturas sobre la base de los requisitos establecidos en el reglamento para los comicios.

En ese contexto, el Órgano Electoral publicará la lista de todos los candidatos habilitados un día antes de las elecciones. 
Encuestas y tendencias 

La última encuesta nacional de intención de voto, elaborada por la empresa Spie SRL y publicada por EL DEBER el 8 de agosto refleja, en la práctica, un empate estadístico entre Tuto Quiroga (24,45%) y Doria Medina (23,64%). Entre ambos la diferencia no logra superar el margen de error estadístico de +/- 2,2% a escala nacional. 

En tercer puesto aparece Rodrigo Paz Pereira (PDC) con 9,10%, escoltado por Manfred Reyes Villa (8,79%) y Andrónico Rodríguez (8,46%). La distancia que tiene cada uno de los candidatos de este grupo de aspirantes a la presidencia tampoco supera ese margen. 

En posiciones más rezagadas están Jhonny Fernández (2,44%), Eduardo Del Castillo (1,83%), Pavel Aracena (0,33%) y Eva Copa (0,20%). Estos porcentajes proyectan el riesgo de que sus respectivas fuerzas políticas pierdan legalidad, excepto el de Morena de Eva Copa porque al retirarse, anuló la posibilidad de desaparecer, según la percepción del sociólogo y especialista en análisis político, Franco Gamboa.

Un posible final de ciclo

Tras 20 años de hegemonía del Movimiento Al Socialismo (MAS), varios analistas advierten signos de un “fin de ciclo” político. El politólogo Jorge Richter, quien fue vicepresidenciable de Morena, sostiene que esta etapa no solo concierne al MAS, sino a todo el bloque social popular, afectado por divisiones internas. “El fraccionamiento de las fuerzas políticas del bloque social popular —donde se ubican Eduardo Del Castillo, Andrónico Rodríguez y la excandidata Eva Copa— evidencia la crisis interna. No están exentos los frentes opositores, que a pesar de figurar en las encuestas, no superan el 20% de aceptación”, afirmó Richter.

A su juicio, la oposición no ha logrado, en dos décadas, construir una propuesta de país clara: “No han comprendido por dónde debe caminar el nuevo sujeto histórico y social de este tiempo. No han reflexionado sobre qué moviliza a nuestra sociedad, qué la confronta y hacia dónde quieren ir los bolivianos”.

El escritor Gonzalo Lema, quien fue vocal de la extinta Corte Nacional Electoral (CNE), coincide que el proceso electoral presenta síntomas de cambio de etapa. Sin embargo, advierte que la organización de los comicios fue “cuesta arriba” por tareas que, según él, debieron resolverse con anticipación, como la definición de personerías jurídicas.

“Estamos frente a un probable fin de ciclo y al inicio de otro. Es fundamental que los protagonistas sean referentes y mantengan una conducta democrática ajustada a la ley”, sostuvo Lema.

Proceso en vilo

El vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Tahuichi Tahuichi calificó a estas elecciones como “una de las más complejas” por la cantidad de acciones judiciales interpuestas contra partidos, el propio TSE y el proceso en sí.

“El proceso ha estado en vilo y sigue en vilo porque la Asamblea Legislativa no aprobó la ley de preclusión electoral. Desde noviembre de 2024 enviamos al Parlamento un paquete de proyectos de ley, pero solo se aprobó el del sistema de transmisión rápida de resultados (TREP)”, señaló.

Según Tahuichi, la ausencia de esa norma deja abierta la posibilidad de que una disposición del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) pueda, en cualquier momento, postergar o anular las elecciones: “Mientras no se apruebe la ley de preclusión, la democracia boliviana está en vilo”, apostilló la autoridad.

En todo caso, el TSE se apresta a ejecutar la etapa más crítica del calendario. “Es quizá lo más emocionante”, remarcó luego Ávila.

ELECCIONES

Habilitados
En Tribunal Supremo Electoral habilitó a 7,9 millones de personas para que participen en las elecciones del domingo 17 de agosto. De ese total, 7,5 millones votarán en Bolivia y 369 mil en 22 países.

Sin blindaje
La Asamblea Legislativa Plurinacional no aprobó ni la mitad del paquete de leyes que envió el TSE para blindar las elecciones generales.

El Deber