Paz III, el peso de una dinastía política

Rodrigo Paz Pereira se consagró ayer como el flamante presidente electo de Bolivia, tras imponerse en lo que fue el estreno de la segunda vuelta presidencial en la historia democrática del país. En esa jornada definitoria, la contienda entre dos binomios -algo inédito en el país- marcó el fin de dos décadas de dominio del MAS.Con su triunfo, Paz no solo completa una carrera política ascendente, sino que reafirma una línea familiar: es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y sobrino nieto del célebre Víctor Paz Estenssoro, ambos hombres que ocuparon el máximo poder nacional.

Su victoria simboliza el retorno de una dinastía que ahora sienta la tercera presidencia en Bolivia. Pero el logro no fue lineal, Rodrigo se presentó como candidato sorpresa en estas elecciones, escalando desde últimas posiciones en las encuestas hasta liderar la primera vuelta el 17 de agosto con más del 32% de los votos, dejando atrás figuras tradicionales como Samuel Doria Medina y el mismo Tuto Quiroga.

Ahora, como nuevo presidente electo, Rodrigo Paz deberá enfrentar problemas de gobernabilidad en un país fragmentado y viabilizar sus propuestas: evitar medidas de choque, mantener programas sociales y lograr alianzas legislativas. El mandatario creció en el exilio, sufrió pérdidas personales, se formó en Economía, Relaciones Internacionales y una maestría en Gestión Política en Estados Unidos, y construyó su experiencia política como diputado, concejal, alcalde de Tarija y senador.

El Deber