La Policía aún no tiene pistas sobre el paradero de Lizet Araceli Mollechica Nina y Elmer Sandoval Albarracín, dos jóvenes militares que viajaron a Cochabamba para un curso de instrucción y desaparecieron de manera misteriosa. Sus pertenencias permanecen intactas en la habitación que compartían, mientras sus familias claman por respuestas entre la angustia y el desconcierto.
La última vez que se tuvo noticias de ellos fue el miércoles 25 de junio. Ambos debían asistir al Centro de Instrucción de Tropas Especiales (CITE) en la zona de Tarata, pero nunca llegaron. Su rastro se esfumó sin dejar señales, y sus teléfonos celulares permanecen apagados desde entonces.
“Mi hija viajó el martes en la noche. El jueves me avisaron que no se presentó al CITE. Llamé y su celular ya estaba apagado. El de su camarada Elmer también”, contó Elena Nina Mamani, madre de Lizet, a los medios locales.
Los dos jóvenes militares, pareja desde hace un año, se alojaban en la vivienda de un familiar de Elmer en la zona de Kiñaloma, sobre la avenida Petrolera. Sus uniformes, botas, mochilas y materiales para el curso aún están en la habitación. Nada parece haber sido alterado.
“No hay rastros de mi hija, pero sus cosas están ahí, igual las de Elmer. No parece que hayan huido. Todo está ordenado como si salieran y fueran a volver”, relató la madre, quien viajó desde La Paz para sumarse a la búsqueda.
Familiares de ambos jóvenes están en Cochabamba y han pedido ayuda a las autoridades policiales y a la ciudadanía para dar con su paradero. “No tenían problemas. Se querían, eran responsables. No hay explicación. Solo silencio”, dijo la hermana de Elmer, quien recordó que su último mensaje fue una foto de una impresora acompañada de un comentario trivial.
Las unidades de la Policía han sido desplegadas, pero hasta ahora no hay pistas concretas sobre el paradero de la pareja, En declaraciones públicas, las familias han suplicado a cualquier persona que los haya visto o que tenga información, que se comunique con urgencia.
“Hija, si me estás viendo por algún canal, llámame. No te voy a juzgar, solo dime dónde estás”, imploró Elena entre lágrimas. La hermana de Elmer también pidió: “Nos estás haciendo llorar a todos. Comunícate, como sea”.
Ambos jóvenes eran parte de la Escuela de Sargentos del Ejército y, según sus allegados, estaban enfocados en su formación militar. Compartían metas, disciplina y una relación estable.
El Deber