El Tribunal Disciplinario Departamental Investigativo Administrativo Policial de La Paz determinó la baja definitiva, sin derecho a reincorporación, del sargento Mario Vidal Soria, acusado de vender un arma de fuego calibre 9 milímetros a un recluso de la cárcel de Chonchocoro. El arma fue usada para asesinar a Nabor López, un privado de libertad que cumplía condena en ese penal, considerado el más seguro de Bolivia.

Esa entidad policial analiza, además, otras medidas similares contra otros policías que incurrieron en delitos o se implicaron de manera individual con actividades del crimen organizado como el caso de robo de vehículos y tráfico de estupefacientes.
Eso, a merced de informes de la Policía y de la Defensoría del Pueblo, la mayor alerta se situó en la situación de violencia en los penales del país. En los primros 34 días de este año, ocho reos murieron violentamente en prisión, mientras que en los 12 mesees 2024, murieron nueve personas en las mismas condiciones. Y uno de esos casos está vinculado a la baja que se ha conocido ayer.
Dos reos dispararon
López estaba encarcelado por liderar una organización de narcotraficantes involucrada en secuestros y asesinatos en el trópico de Cochabamba. La destitución de Vidal Soria se resolvió en un proceso disciplinario y administrativo llevado a cabo en el penal de San Pedro, donde el policía permanece detenido por orden de la justicia ordinaria tras ser imputado por el delito de asesinato en grado de complicidad.
El fallo del Tribunal Disciplinario fue confirmado por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien aseguró: “Haremos todos los esfuerzos para sancionar de forma ejemplar a los malos uniformados que manchan el uniforme verde olivo”.
El crimen contra Nabor López ocurrió el 26 de enero en el pasillo del sector G de Chonchocoro. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y la Fiscalía iniciaron una investigación, en la que la pericia forense determinó que la causa de muerte fue una hemorragia interna provocada por heridas de bala en el cráneo, el hombro izquierdo y la región torácica. En la escena se hallaron al menos siete casquillos de un arma calibre 9 milímetros.
Las primeras declaraciones testificales en el penal revelaron que dos internos dispararon contra López. El primer atacante fue identificado como el ciudadano brasileño Deivid Nogueira Da Silva Tavarez, seguido por otro recluso, Ricardo Daniel Rodríguez Almaraz. Ambos fueron aislados y ahora enfrentan un nuevo proceso penal por asesinato.
Nogueira Da Silva confesó que mataron a López como un acto de venganza, argumentando que, años atrás, este había secuestrado y asesinado a una niña de cinco años junto a su tía en un ajuste de cuentas entre mafias del narco.
Los dos internos declararon ante la Felcc y la Fiscalía que el arma de fuego Taurus calibre 9 milímetros ingresó al penal gracias al sargento Mario Vidal, a quien le pagaron Bs 4.000 por el arma.
Proceso disciplinario
Tras estos hechos, la Dirección Departamental de Investigaciones Policiales (Didipi) inició un proceso sumarial contra el sargento, llevándolo a juicio en audiencias realizadas en San Pedro. El Tribunal Disciplinario determinó su baja por faltas graves establecidas en la Ley de Régimen Disciplinario 101 de la Policía.
La destitución es en primera instancia y el sargento aún puede apelar. No obstante, las investigaciones concluyeron que las pruebas —testimonios, peritajes y documentos— son contundentes.
El viceministro de Régimen Interior, general Johnny Aguilera, confirmó que Nabor López cumplía condena por asesinato y secuestros. Además, reveló que las investigaciones confirmaron su papel como líder de una banda de narcotraficantes que operaba en Entre Ríos, en el trópico de Cochabamba, donde cometía secuestros y asesinatos relacionados con el tráfico de drogas.
El asesinato de López, sumado a la reciente muerte de otros dos internos apuñalados en Chonchocoro, ha generado alarma en las autoridades, que han decidido aplicar medidas urgentes para frenar la violencia en las cárceles.
Hace tres días, un operativo con más de 300 efectivos policiales se desplegó en Chonchocoro, descubriendo celulares, videojuegos y otros objetos en posesión de los internos en ese centro considerado de máxima seguridad.
El Ministerio de Gobierno anunció que en este penal, así como en San Pedro, Palmasola y otras cárceles donde se han registrado hechos violentos, se procederá al cambio del personal a cargo de la seguridad.
El Deber