Tras casi 20 años de victorias electorales contundentes, el Movimiento al Socialismo (MAS) por primera vez está por fuera de la papeleta electoral de una de las elecciones más cruciales de la historia reciente de Bolivia.

A continuación, repasamos los hitos clave que llevaron al MAS a este histórico revés:
1. La consolidación del MAS en el poder (2005-2019)
Desde la elección de Evo Morales en 2005, el MAS se consolidó como la fuerza política dominante en Bolivia, logrando un control casi total del Ejecutivo y el Legislativo.
En sus primeros años, Morales implementó reformas profundas, como la nacionalización de los recursos naturales y la aprobación de una nueva Constitución en 2009 que redefinió al país como un Estado Plurinacional.
Durante más de una década, el MAS obtuvo victorias electorales con más del 50 % de los votos en primera vuelta, afianzando un poder que parecía inquebrantable y que transformó el panorama político boliviano.
2. El cuestionado proceso electoral de 2019 y la crisis posterior
La victoria de Morales en 2019 rompió la tendencia de triunfos amplios del MAS. Ese proceso estuvo marcado por denuncias de fraude y una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) que reportó «irregularidades», lo que desató protestas masivas que forzó su renuncia a la Presidencia el 10 de noviembre de ese año y su salida del país.
La crisis de 2019 dejó una profunda huella institucional y social, deslegitimó al partido ante amplios sectores de la población y marcó el inicio de su declive político.
3. El regreso de Evo Morales y la división interna del MAS (2020-2021)
Evo Morales regresó al país en 2020 tras la victoria de su exministro de Economía, Luis Arce. Desde fuera del país, Morales dirigió la campaña electoral que devolvió el poder al MAS, pero al volver se encontró con un partido fragmentado.
Surgieron tensiones internas entre el expresidente y parte de sus bases, que le reprocharon haber abandonado Bolivia en 2019 mientras otros líderes permanecieron en el país.
Durante 2021, las disputas en el oficialismo se intensificaron con denuncias de corrupción dentro del aparato estatal, críticas a la gestión de Luis Arce y acusaciones del Gobierno contra Evo Morales y sus seguidores de querer provocar la caída del Ejecutivo, lo que terminó por debilitar aún más la cohesión del MAS.
De cara a las elecciones de 2025, el Tribunal Constitucional Plurinacional reafirmó una sentencia de 2023 sobre que la reelección indefinida «no es un derecho humano», limitando los mandatos a dos periodos, continuos o no.
Ese fallo inhabilitó legalmente a Evo Morales —presidente entre 2006 y 2019— y cerró su aspiración de volver a postularse. A ello se sumó el reconocimiento, por parte del Tribunal Supremo Electoral, de una nueva directiva del MAS encabezada por Grover García, dirigente cercano al presidente Luis Arce, lo que terminó de sellar la ruptura entre los sectores afines al exmandatario y al actual jefe de Estado.
4. La caída electoral del MAS en la primera vuelta de 2025
El resultado de la primera vuelta en agosto marcó la peor derrota en la historia del MAS: el partido perdió la Presidencia y apenas obtuvo dos curules en el Legislativo, reflejo del rechazo incluso entre sus antiguos votantes.
Por primera vez en dos décadas, los bolivianos no tienen la opción de votar por el partido que marcó una era política. La ausencia del MAS en el balotaje refleja el agotamiento de un proyecto que fue clave en la transformación del país, pero que no logró adaptarse a los nuevos desafíos económicos, sociales y generacionales.
5. El impacto de la crisis económica y la falta de un proyecto alternativo
Durante los últimos años del gobierno de Arce, Bolivia enfrentó una profunda crisis económica, con escasez de dólares, combustibles y una inflación en aumento. Pese a los intentos por contener la situación, las medidas oficiales no lograron revertir el deterioro, y la pérdida de confianza ciudadana fue evidente.
A la crisis se sumó la ausencia de un liderazgo unificado y de un programa renovador, lo que dejó al MAS sin una propuesta convincente para el electorado. En este contexto, Bolivia entra en una nueva etapa política marcada por la fragmentación y la búsqueda de alternativas que respondan a las demandas de cambio.
En esta jornada más de 7,5 millones de bolivianos elegirán al nuevo presidente para el próximo quinquenio entre los candidatos opositores el centrista Rodrigo Paz Pereira y el expresidente derechista Jorge Tuto Quiroga (2001-2002).
EFE