El lago Poopó, en el departamento de Oruro, tiene pocos escenarios de vida. En 2015 se había declarado que el lago estaba totalmente seco, pero las lluvias de inicio de 2022 le dieron algo de vida. Sin embargo, hoy esa vida se está acabando nuevamente. Este lago ya no tiene fuentes de alimentación. Las dos principales son los ríos Desaguadero y Mauri. El primero ya no desemboca aguas, mientras que el segundo solo alimenta con un bajo caudal.

El lago Poopó era el segundo más grande de Bolivia. Desapareció llevándose consigo una forma de vida milenaria. Ahí habitan los urus, un pueblo indígena legendario que prácticamente vivía de las aguas del Poopó. Hoy claman porque el agua vuelva, aunque es un pedido casi imposible.
A los urus se los conoce como “gente de agua”. Son maestros de la pesca y la cacería de aves como los flamencos. Vivieron siglos en islas flotantes y balsas de junco hasta que se asentaron en la orilla.
El Poopó es un lago salado que abarcaba 3.500 kilómetros cuadrados en su auge en 1986. Se evaporó por completo a finales de 2015. Las causas son varias, entre ellas está la contaminación.
Factores de la desgracia
Algunos estudios científicos también atribuyen esta desgracia a una confluencia de factores como el cambio climático y la extracción de agua para la agricultura y la minería en el altiplano boliviano.
El Centro de Ecología y Pueblo Andinos (Cepa) denunció recientemente la disminución del poco nivel del lago Poopó y su impacto en varias comunidades de Oruro debido a la escasez de agua.
Según el informe presentado por Limbert Sánchez, vicedirector de Cepa, una inspección realizada hace un mes reveló el problema hídrico que nuevamente pone en alerta debido al bajo caudal. Además, se descubrió que uno de los afluentes del lago Poopó ya no lo abastece con agua. Ese afluente es el Desaguadero.
Ya no está llegando agua por el río Desaguadero al lago Poopó y solo hay algunos charquitos. Prácticamente podemos decir que nuestro lago está seco, esto ha sido verificado y corroborado por los hermanos Urus con quienes hemos sostenido reuniones», informó Sánchez.
Hace un mes se realizó una inspección desde el río Desaguadero hasta el Poopó y se constató la escasa cantidad de agua en el humedal, que antes era considerado el segundo más grande de Bolivia.
El Deber