En medio de un gran despliegue policial, el gobernador cruceño Fernando Camacho salió ayer de la cárcel de Chonchocoro para su revisión en el Hospital del Sur de El Alto, mientras la tensión sobre su tratamiento amenaza las fiestas por el aniversario de Santa Cruz.

Inicialmente, se había dado a entender que debido a la cantidad de exámenes médicos a los que debía someterse —alrededor de 13— su tiempo fuera del recinto podría extenderse, pero para el final de la tarde, ya fue retornado.
Familiares de Camacho aseguraron al diario El Deber que “ni siquiera la mitad” de las pruebas fueron realizadas.
A propósito del estado de salud del político, el diputado “evista” del Movimiento Al Socialismo (MAS) Renán Cabezas declaró que su enfermedad fue causada por las drogas y el verdadero objetivo de su internación sería buscar su libertad.
“A título de una enfermedad crónica causada por las drogas, están buscando la libertad de Fernando Camacho, ciudadano que ha vulnerado derechos fundamentales, alguien parte del golpe de Estado, alguien que ha causado dolor y luto en el pueblo boliviano”, dijo ayer.
El movimiento se da poco después de la determinación de la Gobernación de Santa Cruz de no invitar al presidente Luis Arce a los actos por su efeméride departamental; algo que ha sido calificado como un acto “discriminatorio” por la ministra de Culturas, Sabina Orellana, aseverando que el mandatario no necesita de invitación para estar en esa región o en cualquier otro departamento.
Ya el pasado año se repitió similar panorama, tras el retiro de la bandera de la Wiphala de la plaza 24 de Septiembre.
“No se puede invitar a una persona que preside el secuestro del gobernador (de Santa Cruz)”, afirmó por su parte el asesor de Gestión de la Gobernación de Santa Cruz, Efraín Suárez.
Agencias