Tragedia de 4 hermanos: 2 murieron intoxicados y otro lucha por vivir; presumen consumo de mercurio

Dos hermanos perdieron la vida en el Beni por intoxicación, aunque las autoridades no han establecido el tipo de sustancia que provocó el envenenamiento. Un tercero continúa hospitalizado en Trinidad, mientras que un cuarto hermano salió del nosocomio por voluntad propia.

Los cuatro fueron evacuados desde el municipio de Rurrenabaque, la pasada semana, hasta la capital del Beni.

Uno de ellos falleció el jueves en el hospital Presidente Germán Busch, mientras que el segundo pereció la noche de este martes en el hospital Obrero.

Las autoridades tomaron muestras de los pacientes y esperan los resultados de laboratorio, que podrían establecer la sustancia que provocó la intoxicación.

El hombre que falleció este martes se había jubilado de la Policía este año. Su hijo llegó a Trinidad desde el departamento de La Paz. El cuerpo sin vida va rumbo a Caranavi, donde será sepultado.»Mi papá acaba de fallecer”, dijo Roberto Carlos Nay Bernal, mientras esperaba que los restos de su padre fueran subidos a un automóvil que los llevará hasta Caranavi, donde recibirán cristiana sepultura.

Roberto está convencido de que su padre y sus tres tíos habrían sido víctimas del mercurio utilizado en la minería ilegal en el oeste del Beni. Dos hermanos ya murieron intoxicados, el tercero continúa hospitalizado en Trinidad.

El joven de 25 años llegó el viernes a Trinidad en medio de la desesperación y la falta de recursos económicos. Buscó ayuda para que su padre fuera evacuado a la ciudad de La Paz, donde puedan brindarle una atención médica especializada, pero no lo consiguió.

“¿Quién me lo va a devolver ahora a mi papá?”, reclamó. Su progenitor se jubiló este año de la Policía, planificaba organizar una celebración especial con la familia.

Mientras estaba en el hospital, el padre le contó que a mediados del mes comenzó a sentirse cansado después de tomar agua de un arroyito y de comer pescado. Había llegado al lugar conocido como Arroyo Hondo, en la comunidad San Silvestre, cerca de la población de Rurrenabaque, junto a sus tres hermanos, para preparar la tierra para la siembra de arroz.

“Ya no puedo más llorar, su pérdida es irreparable”, confesó, agotado por los días que pasó al pendiente de su papá.

Erbol

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