Ucrania sufrió este miércoles el mayor ataque aéreo ruso desde que se inició la guerra hace más de tres años.
Kyiv y otras ciudades en todo el país fueron atacadas con 728 drones y 13 misiles, según la fuerza aérea ucraniana, que aseguró haber interceptado 711 drones y que destruyeron siete misiles.
El presidente Volodymyr Zelensky calificó el hecho como un «ataque revelador» de la indisposición rusa a detener la guerra.
«Se produce precisamente en un momento en el que se han realizado tantos esfuerzos para lograr la paz, para establecer un alto el fuego, y sin embargo solo Rusia sigue rechazándolos todos», escribió en sus redes sociales.
Aunque el este del país y Kyiv son objeto de ataques regulares, ninguna de las otras regiones de Ucrania, incluidas las occidentales, han quedado exentas de la ofensiva rusa.
La ciudad de Lutsk, situada a 90 km de la frontera con Polonia y centro de tránsito de ayuda militar y humanitaria, fue la más afectada por el ataque nocturno del martes.
También se registraron explosiones en las ciudades occidentales de Lviv y Rivne.
En Kyiv se escucharon explosiones y drones sobrevolando la capital durante el bombardeo, después de que sonaran las sirenas antiaéreas.
Por su parte, las autoridades rusas han afirmado que un ataque con drones ucranianos en la región fronteriza de Kursk causó la muerte a tres personas y heridas a otras siete el martes.
Un representante de la fuerza aérea ucraniana dijo a la agencia AFP que los nuevos drones ucranianos habían desempeñado un papel importante en frustrar el ataque ruso. Otro funcionario dijo que la mayoría de los drones rusos lanzados eran señuelos.
El ataque nocturno se produjo después de que el presidente Donald Trump asegurara que Estados Unidos enviaría más armas a Ucrania, lo que supone un cambio con respecto a la suspensión del suministro que se anunció en Washington la semana pasada.
El presidente de EE.UU. también lanzó duras críticas contra Putin.
BBC