Ucranianos indagan crímenes de guerra y detienen a colaboradores en Járkov

MOSCÚ/LEÓPOLIS, Efe

Ucrania ha comenzado a investigar supuestos crímenes de guerra en los territorios liberados en la región oriental de Járkov cometidos cuando estaban bajo ocupación rusa, al tiempo que está inmersa en la detención de colaboradores prorrusos en las localidades recuperadas.

“Los fiscales e investigadores ya están trabajando, descubriendo nuevos crímenes de guerra rusos. Asesinato, tortura, destrucción, como vimos en Bucha”, en abril pasado en las afueras de Kiev, señaló el fiscal general de Ucrania, Andriy Kostín.

Explicó que su oficina ha creado 23 grupos móviles de fiscales, policías, zapadores, representantes del Servicio de Seguridad y otros expertos, además de cinco “grupos temáticos” que investigarán “hechos de torturas de residentes locales y buscarán cuarteles o puestos de mando de la Federación Rusa” en Járkov.

La tarea de estos grupos es recopilar “todas las pruebas posibles y documentarlas de acuerdo con los estándares internacionales” para que puedan ser utilizados en los tribunales ucranianos e internacionales, recalcó.

Tarea inmensa

La tarea es inmensa, ya que las fuerzas ucranianas han liberado aproximadamente 8.500 kilómetros cuadrados, 388 localidades y 150.000 personas desde el 6 de septiembre en la región oriental, según dijo la viceministra de Defensa, Hanna Malyar.

El jefe de la Oficina de la Fiscalía Regional de Járkov, Oleksandr Filchakov, señaló que entre los días 9 y 11 se han recuperado ya seis cuerpos en las aldeas de Hrakove y Zaliznychne.

Según afirmó, esas personas fueron “asesinadas” por militares rusos y enterrados por residentes locales. Aseguró que “se hallaron indicios de tortura” en los cuerpos.

Además, añadió, los empleados de la oficina del fiscal de la ciudad de Izium junto con los investigadores de la policía descubrieron “ciudadanos asesinados por soldados rusos enterrados” en Balakliya.

Colaboradores y traidores

A su vez, las autoridades y fuerzas ucranianas han puesto en marcha tareas de “estabilización” de los territorios de Járkov recuperados.

Estas medidas incluyen la detención de “traidores” y “colaboradores” prorrusos.

“El Servicio de Seguridad (SBU) continúa con las medidas de estabilización a gran escala en las áreas de primera línea del este de Ucrania. Solo en los últimos días después de la desocupación de la región de Járkov, 16 colaboradores locales fueron localizados y detenidos”, indicó ayer ese organismo en su canal de Telegram.

Explicó que, los oficiales de SBU “efectuaron un control exhaustivo de unas 7.000 personas en los asentamientos liberados” de la región.

La Oficina Estatal de Investigación de Ucrania (DBR) ya informó el día 9 que empezó en Balakliya a “procesar concienzudamente información sobre personas que durante la ocupación temporal cooperaron con los agresores”.

El cargo de sospechas de colaboración estipulado en el Código Penal prevé un castigo de hasta 10 años de cárcel, recordó.

Prorrusos de Lugansk admiten que la “situación es complicada”

El portavoz militar de la autoproclamada república popular de Lugansk, Andréi Marochko, reconoció ayer que la situación en la región es “realmente complicada”, porque los ucranianos “han llegado en algunas áreas muy cerca de las fronteras de la región y ya están a unos 10 kilómetros de la línea de contacto”.

Los combates se centran en torno a Limán, a unos 54 kilómetros de la ciudad de Izium, en la región de Járkov, que Ucrania recuperó en su contraofensiva en el noreste del país. Limán es estratégicamente importante porque se encuentra a pocos kilómetros de la frontera con Lugansk. El líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denís Pushilin, reconoció que ahí está el punto más caliente, pero sostuvo que las fuerzas prorrusas “están rechazando los incesantes intentos del enemigo de avanzar”.

El Papa Fancisco habla de la ayuda militar a Kiev

Armar a Ucrania puede ser aceptable “si las condiciones de moralidad están reunidas”, dijo el jueves el papa Francisco, quien consideró necesario “dialogar” con “todos” en una velada alusión a Rusia.

Interrogado sobre la necesidad de suministrar armas a Ucrania, el pontífice destacó la noción de “moral”.

“Es una decisión política que puede ser moral, moralmente aceptada, si las condiciones de moralidad son reunidas”, declaró en una conferencia de prensa en el avión que lo lleva de regreso a Roma tras una visita de tres días a Kazajistán.

“Pero eso puede ser inmoral si se hace con la intención de provocar más guerras o vender más armas, o deshacerse de armas que ya no sirven. La motivación es lo que califica en gran parte la moralidad de este acto”, agregó.

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