Victoria del PDC abre una etapa de esperanza, pero con tensiones y demandas

La jornada electoral del 19 de octubre marca un punto de inflexión en la historia política de Bolivia. El triunfo del binomio del Partido Demócrata Cristiano (PDC), encabezado por Rodrigo Paz Pereira y Edmand Lara Montaño, fue recibido con mensajes de felicitación, llamados a la unidad y también con advertencias sobre los desafíos que enfrentará el nuevo gobierno.

Aunque se registraron algunas protestas aisladas y denuncias de fraude en regiones como Santa Cruz, Cochabamba y Tarija, el clima poselectoral permanece, por ahora, “sin tormentas”, en un ambiente donde la ciudadanía parece haber optado por el cambio, pero exige resultados concretos.

Desde distintos sectores, las voces políticas coinciden en reconocer el resultado del balotaje y en resaltar el inicio de un nuevo ciclo para el país.

Samuel Doria Medina, empresario y líder político, destacó que “el pueblo boliviano ha dado un mensaje claro: se necesita un gobierno de centro que sea capaz de darle gobernabilidad al inicio del nuevo ciclo histórico que viviremos”.

Por su parte, Carlos Mesa, expresidente de Bolivia, sostuvo que la victoria de Paz “marca el fin de 20 años de un proyecto histórico fracasado” y advirtió que la nueva administración enfrentará “una tarea gigantesca” para resolver la crisis de combustibles, la escasez de dólares y la inflación. Mesa valoró el discurso del presidente electo, destacando su “espíritu de reconciliación y compromiso con la institucionalidad y la independencia de poderes”.

En una línea más institucional, el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé felicitó a Paz y Lara, e instó a ambos a corresponder, en el marco de la democracia, la confianza depositada por el voto ciudadano y a trabajar con la Asamblea Legislativa en un clima de respeto y equilibrio.

Desde Santa Cruz, Laura Rojas, presidenta de la Brigada Parlamentaria Cruceña, celebró el triunfo como el comienzo de “un camino libre de las ataduras del pasado”, pero remarcó que la verdadera unidad se construye sobre objetivos, no sobre caudillos. “La crisis exige responsabilidad y esfuerzo de todos, no solo de algunos”, subrayó.

El presidente de la Asamblea Legislativa Departamental cruceña, Antonio Talamás, resaltó el “triunfo de la democracia” y expresó su deseo de que el nuevo gobierno esté guiado por la unidad y el fortalecimiento institucional. Desde su posición, reafirmó “el respeto a la voluntad popular” y la disposición de trabajar por un país más justo y próspero.

Exigencias y tensiones

El expresidente Evo Morales, actualmente investigado por la Fiscalía, interpretó el resultado como un castigo a “los racistas y difamadores”, al “poder mediático” y al gobierno de Luis Arce. Dijo que el pueblo “otorga a los nuevos gobernantes el mandato para no destruir el Estado Plurinacional” y exigió mantener la política social de su gestión.

Desde el ámbito regional, Luis Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz, reconoció el proceso electoral y felicitó tanto al TSE como a Rodrigo Paz. Subrayó que “esta jornada histórica permitió recuperar una democracia que estaba herida de muerte por el masismo”. No obstante, marcó distancia al recordar las prioridades cruceñas: pacto fiscal, autonomías, federalismo y defensa del medioambiente.

En contraste, la asambleísta Paola Aguirre, exaliada de Camacho, cuestionó duramente la victoria del PDC y rechazó felicitar al nuevo presidente, denunciando que la “unidad” fue una fachada para pactos políticos que “usurpan el anhelo de libertad y trabajo del pueblo cruceño”.

Por su parte, Stello Cochamanidis, presidente del Comité pro Santa Cruz, manifestó que el movimiento cívico será “celoso vigilante” del cumplimiento de las promesas hacia la región. Planteó que el nuevo gobierno debe atender con urgencia “la crisis de combustible que amenaza con derivar en una crisis alimentaria”, y exigió un diálogo con los productores, además de una “distribución de recursos justa y una verdadera lucha contra los avasallamientos”.

Aunque las reacciones fueron intensas y no faltaron las discrepancias, el clima poselectoral se mantiene relativamente estable.

El país aguarda los resultados oficiales del TSE, mientras se prepara para la posesión de Paz Pereira y Lara, el próximo 8 de noviembre, acto que marcará el fin de dos décadas de hegemonía política del Movimiento al Socialismo (MAS) y el comienzo de un nuevo ciclo en la historia.

El Deber